A la hora de empezar con la comida sólida, como cualquier madre seguí los consejos de mi pediatra, con la primera, porque ya con la segunda es otro cantar. Yo decidí no darle cereales, a ninguna de las dos. Como tomaban pecho no entendía muy bien el sentido de darle una papilla de cereales, así que empecé por la fruta. A mi hija mayor le costaba eso de la cuchara, pero en cuanto aprendió lo que era, comía que daba gusto. Yo tenía un plan que seguía a pies juntillas. Luego la verdura, la carne, el pescado, los huevos,... todo triturado y a su debido tiempo.
Y llegó mi segunda, para empezar la fruta me costaba trabajo, pero como me contaban las demás madres, no era la primera a la que no le gustaba, y todos me decían que cuando empezara con la verdura la cosa cambiaría. Y ni mucho menos, la cosa fue a peor. Lo intentaba todo, le metía más calabaza, porque me contaban que era más dulce. Daba igual, mi hija no quería papilla. Se pasó un mes casi sin comer, a base de pecho y de alguna cucharada que le conseguía meter. Hasta que leí un libro que me abrió más la mente. "Mi niño no me come" de Carlos González me hizo ver las cosas de otra manera. Así que decidí darle de comer la comida sin machacar. Tenía otra niña distinta, mi hija empezó a comer. Con ocho meses se comía los plátanos a bocados.
Ya tenía a mis dos hijas comiendo. Pero no todo iba a ser felicidad. Mi hija mayor empezó a dejar de comer. Ya nada le gustaba, "Mama lo verde no me gusta", que no sé de donde aprendió eso, porque ella no comía en el comedor y no comía con otros niños. Se ve que es un gen que está en los niños que se va desarrollando a tener fobia a la comida verde. Yo con toda la paciencia del mundo le decía que por lo menos tenía que probarlo, pero ni por esas. Cada día era una pelea, y mientras ella no comía, su hermana pequeña se comía su plato y el de su "tata".
Hable con mi pediatra, y me dio un dato muy curioso, y es que me contó que los padres intentamos darle a los niños una cantidad de comida bastante más grande de la que ellos necesitan, con lo que se están encontrando con problemas de sobrepeso en niños más pequeños de lo normal.
Así que me puse las pilas y releí el libro que tanto me había ayudado la última vez, y si volvió a hacer efecto. Me volvió a abrir la mente. Y tome una decisión, no voy a obligar a comer a mis hijas, les echo poca comida en su plato, y si luego quieren repetir que lo hagan. Intento que prueben todas las comidas, y las prueban, pero siempre me dicen que no les gusta. Eso si, si tienen hambre eso es lo que hay, porque no les voy a hacer otra cosa.
A veces me agobio, e intento que coman más, y que coman de todo, sobre todo la mayor, porque a la pequeña no se le puede empujar, la tengo que parar. Yo cuando era pequeña no comía verdura, y ahora me encanta. Ellas no van a ser diferentes, tarde o temprano comerán de todo, y como todas las personas ellas ya tienen su propia personalidad y saben que hay comidas que les gustan más y otras que les gustan menos.
En resumen, como todas las madres digo las típicas frases: Hasta que no te termines lo que hay en el plato no te levantas, como no te lo comas te lo pongo en la merienda, y sino en la cena, hay lentejas, si las quieres las tomas y sino también. Porque aunque intento dejarlas elegir, al final sigo siendo una madre.
Hola!!!!
ResponderEliminarMis dos hijos son como el día la noche, la mayor siempre comió bien, de todo y cantidades más o menos normales, pero la vida compensa así que llegó el pequeño y fue terrible, no probaba, no le gustaba nada, fue una pesadilla pero solo queda tener paciencia e ir poco a poco, sin obligar en exceso pero intentando educar.
A día de hoy, aunque sigue siendo maniático y muchas cosas no le gustan come de todo y le da importancia a la comida, cosa que es muy importante porque cuando se independice algún día me gustaría estar tranquila y saber que se va a cuidar.
La mayor es vegetariana, me costó años aceptarlo y lo hicimos de modo progresivo y con ayuda de médico y nutricionista, pero también está muy concienciada con la alimentación, y tiene claro que si algún día tiene hijos durante el embarazo se cuidará y sus hijos comerán de todo.
Vaya rollo te solté, vamos que hay que tener paciencia y no obligar en exceso, si mi hijo se hubiera quedado en la mesa hasta acabar el plato aún seguiría allí,jejeje.
Besos.
Yo creo que mis hijas no han estado más de media hora sentadas sin comer. Me agobio yo de pensarlo. Eso de dejarlas hasta que se coman el plato. Al final he claudicado. Como tú bien dices, intento educarlas para que coman de todo. Les digo que lo prueben todo, y que si no les gusta que no coman, o que coman menos. Jamás les he preparado plato sustituto. Por un día que no coman no les va a pasar nada. Poco a poco irán comiendo de todo. Un besillo guapa.
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