Después de dar
vueltas y más vueltas en la cama, decidió levantarse. La lamparita de luz nocturna
que le ponían sus padres, aún estaba encendida. No era una luz porque tuviera
miedo a la oscuridad. Era una luz para ahuyentar lo que sabía que se le venía
encima. Todavía no estaba preparado.
Unos meses
atrás, cuando no necesitaba esa luz, en mitad de un sueño profundo, un ruido le
sobresaltó. Se sentó en la cama intentando ver algo a través de sus ojos
legañosos. Encendió la luz de su cuarto. La bombilla se apagó. Le dio al
interruptor varias veces, nada, se había fundido. Se acercó a la ventana y
levantó un poco la persiana. Miró por esa pequeña rendija, y una luz le cegó,
echándolo hacia atrás. Se quedó inmóvil, deseoso de abrir la persiana de par en
par, pero sin llegar a atreverse.
Levantó la
persiana poco a poco, sin hacer ruido. Sabiendo que su madre estaría allí en un
segundo si oía algo más raro de la cuenta. Lo que vio le dejó la boca abierta. Las
vistas de su ventana habían cambiado. La casa de su vecina por la que estaba
completamente enamorado, había desaparecido, el asfalto de la calle había
desaparecido, los coches, desaparecidos. No quedaba nada conocido.
A través de su ventana veía el Universo en
todo su esplendor. Las estrellas brillaban más que nunca, la Luna estaba más
cerca de lo normal, planetas que nunca antes había visto, en los libros, por
supuesto, flotaban a su alrededor. Miró hacia abajo, todo lo que una ventana
cerrada le permitía. No había suelo, su casa navegaba en el espacio. Un
escalofrío le recorrió la columna, ¿qué estaba pasando? Despertaría a sus
padres, ellos sabrían que hacer. Una voz lo detuvo, antes de alcanzar la
puerta.
- Yo de ti no lo
haría.
- ¿Quién es? – La
voz procedía de la ventana, y al mismo tiempo la escuchaba con nitidez dentro
de la habitación.
- Ahora eso no
importa. Asómate a la ventana.
El chico se
acercó lentamente a la ventana. La curiosidad podía más que el miedo.
- Sí, a tu
pregunta de si estás en el espacio, flotando a la deriva, la respuesta es sí.
- ¿Cómo ha pasado
esto?
- La pregunta
sería ¿por qué? Y antes de que la hagas, te contestare. Hace muchos millones de
años, trillones incluso, empezaron a formarse planetas con vida en su interior.
Unos se formaron antes, y otros después. Pero todos están llegando al mismo
final. Los seres que viven en sus planetas los están matando. Nosotros reunimos
a los mejores de cada especie, a los más inteligentes, para reunirlos a todos y
buscar una solución a este final que sucede sin remedio.
- Pero, yo solo
soy un niño. Solo tengo once años.
- Y eso es lo
más importante, no buscamos personas adultas cuya imaginación este atrofiada
por la desgana y la desidia, por los trabajos y la rutina. Buscamos niños que
saben y conocen lo mejor de la vida, buscamos niños que disfruten conociendo
cosas y momentos nuevos. Dentro de poco será tu cumpleaños, ese día vendremos a
por ti, tienes este tiempo para disfrutar de tu familia y de lo que quieras de
tu mundo, pues no vas a volver a verlos. Ahora acuéstate, por la mañana tu casa
estará en la Tierra.
Mañana era su
cumpleaños, sabía que sería el último cumpleaños en la Tierra. Y se iría con un
beso de su vecina.
Cómo se nota que el mundo de los niños te toca muy de cerca, María! Tus protagonistas infantiles son siempre especiales y entrañables, siempre encuentras esa cualidad que los hace tan especiales, tan "niños" :)
ResponderEliminarPrecioso tu relato, me ha encantado!!
Un besillo y feliz domingo.
Muchas gracias Julia, será porque tengo dos niñas pequeñas. Jijiji. Un besillo.
EliminarAyyyyy qué bonito!!!!! Me pasa como a Julia, cuando hablas de niños les das una cualidad muy especial. Un besín.
ResponderEliminarMuchas gracias Marigem. Es fácil meterse en la piel de un niño. Sobre todo cuando tienes dos enanas cerca.
EliminarMe ha gustado mucho tu relato María. Besitos
ResponderEliminarMuchas gracias Mercedes. Un besillo.
EliminarLa inocencia de los pequeños es la esperanza del futuro, muy bonito y dulce relato.
ResponderEliminarFeliz noche!
Muchas gracias Alejandra. Sí es verdad que sin esa inocencia no podríamos tener un futuro, ellos aún no tienen límites en nada. Pueden hacer lo que quieran. Un besillo.
EliminarLa imaginación, el deseo de cambiar el mundo y el amor, tres cualidades del niño que sueña con reinventar el Universo, un mágico relato que invita a realizar un viaje interior para despertar esa mirada infantil de inocencia y sabiduría. Un relato fantástico.
ResponderEliminar¡Abrazos Compi! ;)
Si, los niños son los mejores. Pero, ¿Y si no es solo fantasía del niño? ¿Y si es realidad? Lo dejo ahí compi. Un besillo.
EliminarBuenas noches María.
ResponderEliminarUn cuento fantastico.
Cuando la imaginación es enorme, se escriben este tipo de historias. Siempre digo que no hay que ser niño para ello, con que no lo olvidemos en este fantastico viaje que es la vida; suficiente.
Felicitaciones.
Un beso.
Muchas gracias Ricardo por tus palabras. A veces la imaginación surge de donde menos te lo esperas. Un besillo.
EliminarUn cuento, para niños y adultos, que no tiene desperdicio. Debes ser una estupenda mamá cuenta-cuentos.
ResponderEliminarY, como todos los cuentos, tiene su moraleja.
Un abrazo.
Ayyy ojalá lo fuera, pero cuando me pongo a inventar historias delante de mis niñas mi mente se me suele quedar en blanco. Así que tiro de los cuentos ya escritos. Un abrazo y gracias por tus palabras.
EliminarPrecioso, María, ojalá consigan su proposito
ResponderEliminarMuchas gracias Paola.
EliminarUn relato muy tierno. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarMuchas gracias Mery por pasarte y leerme, y por dejar tus palabras. Un besillo.
EliminarLa inocencia infantil la perdemos cuando crecemos, maravillosa forma de manifestar esa crítica. Un gran relato con un final abierto, excelente! Te deseo mucha suerte compañera. Un abrazo y feliz martes.
ResponderEliminarMuchas gracias Laura. A veces gustaría mucho seguir teniendo esa inocencia que nos acompaña en nuestros primeros años de vida. Un abrazo.
Eliminar¡Qué tierno, María! *-*
ResponderEliminarMe ha encantado. Me encanta. Sipi. Está lleno de inocencia, de esperanza, de Sueños, de fe en algo mejor... De que los Imposible solo está separa de lo Posible por una sola sílaba... ¡Tiene Magia! No sé... De esos relatos que se te menten por dentro... ;)
¡Muchos Besitos!
Ayyy que bonitas palabras me dedicas, me alegro qeu te haya llenado de magia. Un besillo guapa.
EliminarEl destino de los planetas en manos de niños, los únicos que pueden cambiarlo con su imaginación e inocencia, porque si fueran los adultos, caerían en el mismo error una y otra vez, como se ha estado demostrando a lo largo de la historia. Imaginativo relato pre-apocalíptico. Es increíble las grandes historias que pueden crear una imagen.
ResponderEliminarUn abrazo, María.
Es increíble lo claro que lo vemos todo de niños, y como cambiamos al crecer y convertirnos en adultos... Un besillo.
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