María
se despertó en mitad de la noche con una sonrisa en la boca y un sudor frio que
le recorría el cuerpo. Se acercó a su marido para terminar lo que había
empezado en sueños. A medio camino se detuvo. Él se tenía que levantar temprano
y le esperaba un día duro. Le diría que no y ella se quedaría con las ganas y
enfadada. Así que se dio la vuelta y en la oscuridad dio rienda suelta a sus
deseos.
Lo que
no sabía María es que su marido la había esperado desnudo en la cama hasta que
ella terminara de ver aquella maldita serie que no acababa nunca. Y que cansado
de esperarla se había vuelto a poner los calzoncillos y se había dormido. Lo
que no sabía María es que la fantasía de su marido era que lo despertara en
mitad de la noche para hacer el amor.
Juan
llegó a casa cansado del día horroroso de trabajo, se había pasado el día
peleándose con sus empleadas y ya no podía más. Cuando llegó se encontró a
Marta de puntillas, intentando coger algo del armario de la cocina. El vestido
se le había subido un poco, dejando ver la parte alta de sus muslos, suficiente
para imaginar sus tersas y prietas nalgas. Juan se imaginó agarrándole los
pechos por detrás y subiéndola en la encimera, dando rienda suelta a sus más
bajos instintos.
- ¿Me
ayudas?
La
frase de Marta lo bajó de las nubes y cambió de opinión mientras bajaba el
tarro de lo que fuera e intentaba esconder su erección.
Lo que
Juan no sabía, era que su mujer se había puesto aquel vestido sin sujetador
porque una vez le había dicho que estaba sexy con él puesto. Lo que Juan no
sabía era que Marta se había pasado la última media hora leyendo un libro
erótico y esperaba a su marido con avidez.
Luis y
Natalia veían la película en el cine acurrucados. Natalia tenía su cabeza sobre
el pecho de su marido. Estaban a gusto. Sin niños. Viendo una película sin
cortes. De pronto en la pantalla una escena de sexo. Natalia notó las ganas
removiéndose en su interior. Pensó en abrirle los botones del pantalón a su
marido uno a uno, meterle la mano y tocar aquello que tanto ansiaba. La escena
pasó y se contuvo.
Lo que
Natalia no sabía era que su marido miraba su escote abierto, y que se le veía
un trocito de sujetador. Su marido excitado quería meter la mano y tocar el
motivo de su deseo. Pero se retuvo al ver que su mujer volvía a su asiento a
beber agua.
Moraleja:
El no ya lo tienes. Nunca sabes lo que te estás perdiendo si no pides lo que
quieres.
Qué bueno!!!! A mí este género se me da fatal, no sabría describirlo como has hecho tú, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarY la frase me encanta, mi madre la usa mucho.
Besos.
Ayyy pues yo me tengo que contener, porque los que escribo para mí, en mis libretas, son... demasiado explícitos. Y me da un poco de vergüencilla pornerlos por aquí como una mamá, jajaja.
EliminarEsa frase es de mi madre tambié. A mí siempre me ha dado mucha vergüenza pedir. Ya me tengo que ver apurada... Y ella siempre me decía, que pidiera, que el no ya lo tenía.
Un besillo.
Y se quedaron con las ganas! Si ellos hubieran sido honestos tu relato hubiera sido muy muy erótico y todos habriamos ganado. Aunque así el relato es muy bueno. Besos Maria!!!
ResponderEliminarJajajajaeso sí es verdad, pero entonces no podría haber mostrado lo que quería. Ahora cuando alguno se lo piense asi acercarse a su pareja o no, se podrá acordar de esto. Y ganar algo nuevo.
EliminarUn besillo.
¡Hola! A través de Marigem llego aquí. Qué relato tan sensual y bien escrito, ¡volveré! ;-)
ResponderEliminarUn saludo María
Me alegro de tenerte por aquí.
EliminarUn besillo.
Qué bueno, María!! una sucesión de desencuentros en el que todos pierden una oportunidad de disfrutar por no intentarlo. Como tú misma has dicho en el título del post "el no ya lo tienes". Hay que sacudirse las suposiciones y pasar a la acción!!
ResponderEliminarUn besillo de miércoles!!
Siempre pasar a la acción, porque no tienes nada que perder.
EliminarUn besillo Hermana de Letras.
Por cierto María, no he encontrado la manera de hacerme seguidora tuya ;-(
ResponderEliminarMe puedes seguir a través de Google+ ¿Hay otra manera?
EliminarSí, en el propio blog, activando un gadget que incorpora al mismo la casilla de seguidores, y pinchando, ya figuras como seguidor/a del blog.
EliminarPero no pasa nada, a través del Google+ también María.
¿Ah si? Lo que es no saber. Voy a investigarlo. Gracias.
EliminarUnos por otros "la casa sin barrer", qué tontis, jeje. Muy buena reflexión, María. Hay que pedir que el que no llora no mama, jeje Estoy de lo más refranera. :P
ResponderEliminarUn besito. :)
Jajajaja pues nada a refranear, que es lo que toca.
EliminarJijiji
Un besillo.
Me encanta, has cogido como título una frase que uso mucho.
ResponderEliminarBesitos.
Yo tabién la uso mucho, auqneu es verdad que me cuesta llevarla a la práctica.
EliminarUn besillo.
Exacto María con el no vivimos, y si nos callamos, no sabremos si pueda convertirse en un si!!
ResponderEliminarMuy bueno Besin ;)
Toda la razón, la verdad es que es mejor probar, así nunca te quedara la duda de y si....
EliminarUn besillo.
La vida hay que atraparla al vuelo o se nos va sin disfrutarla. Un abrazo niña. Genial relato.
ResponderEliminarGenial reflexión, me ha encantado.
EliminarUn besillo.
Me ha gustado mucho tu relato. Me parece buenísimo, y sin llegar a nada erótico, me parece muuuuy erótico, simplemente por lo que no ocurre. Y ese es el meollo de la cuestión, que tantas cosas no ocurren porque falta lo más importante, la comunicación. Quizás si fuésemos más capaces de expresar nuestros sentimientos, cómo tú dices, si fuésemos más capaces de simplemente pedir cuando queremos algo, veríamos que quizás la realidad es muy distinta de como nosotros la vemos.
ResponderEliminarY tú lo has visto muy bien. Genial
Besos
El miedo al rechazo siempre está ahí y nos paraliza. Por es perdemos muchísimas oportunidades.
EliminarPero la vida son dos días, así que a pedir por esa boquita.
Un besillo.
Me ha encantado!!! Porque es tan real...
ResponderEliminarBesitos
Pues hay que dejar que sea tan real. Jejeje
EliminarUn besillo.
Jijijiji, me alegro que haya suscitado sensaciones. Es algo que todo escritor quiere.
ResponderEliminarUn abrazo.