28/10/15

El no ya lo tienes



                María se despertó en mitad de la noche con una sonrisa en la boca y un sudor frio que le recorría el cuerpo. Se acercó a su marido para terminar lo que había empezado en sueños. A medio camino se detuvo. Él se tenía que levantar temprano y le esperaba un día duro. Le diría que no y ella se quedaría con las ganas y enfadada. Así que se dio la vuelta y en la oscuridad dio rienda suelta a sus deseos.

                Lo que no sabía María es que su marido la había esperado desnudo en la cama hasta que ella terminara de ver aquella maldita serie que no acababa nunca. Y que cansado de esperarla se había vuelto a poner los calzoncillos y se había dormido. Lo que no sabía María es que la fantasía de su marido era que lo despertara en mitad de la noche para hacer el amor.

                Juan llegó a casa cansado del día horroroso de trabajo, se había pasado el día peleándose con sus empleadas y ya no podía más. Cuando llegó se encontró a Marta de puntillas, intentando coger algo del armario de la cocina. El vestido se le había subido un poco, dejando ver la parte alta de sus muslos, suficiente para imaginar sus tersas y prietas nalgas. Juan se imaginó agarrándole los pechos por detrás y subiéndola en la encimera, dando rienda suelta a sus más bajos instintos.

                - ¿Me ayudas?

                La frase de Marta lo bajó de las nubes y cambió de opinión mientras bajaba el tarro de lo que fuera e intentaba esconder su erección.

                Lo que Juan no sabía, era que su mujer se había puesto aquel vestido sin sujetador porque una vez le había dicho que estaba sexy con él puesto. Lo que Juan no sabía era que Marta se había pasado la última media hora leyendo un libro erótico y esperaba a su marido con avidez.

                Luis y Natalia veían la película en el cine acurrucados. Natalia tenía su cabeza sobre el pecho de su marido. Estaban a gusto. Sin niños. Viendo una película sin cortes. De pronto en la pantalla una escena de sexo. Natalia notó las ganas removiéndose en su interior. Pensó en abrirle los botones del pantalón a su marido uno a uno, meterle la mano y tocar aquello que tanto ansiaba. La escena pasó y se contuvo.

                Lo que Natalia no sabía era que su marido miraba su escote abierto, y que se le veía un trocito de sujetador. Su marido excitado quería meter la mano y tocar el motivo de su deseo. Pero se retuvo al ver que su mujer volvía a su asiento a beber agua.

                Moraleja: El no ya lo tienes. Nunca sabes lo que te estás perdiendo si no pides lo que quieres.


25 comentarios:

  1. Qué bueno!!!! A mí este género se me da fatal, no sabría describirlo como has hecho tú, me ha gustado mucho.
    Y la frase me encanta, mi madre la usa mucho.
    Besos.

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    1. Ayyy pues yo me tengo que contener, porque los que escribo para mí, en mis libretas, son... demasiado explícitos. Y me da un poco de vergüencilla pornerlos por aquí como una mamá, jajaja.
      Esa frase es de mi madre tambié. A mí siempre me ha dado mucha vergüenza pedir. Ya me tengo que ver apurada... Y ella siempre me decía, que pidiera, que el no ya lo tenía.
      Un besillo.

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  2. Y se quedaron con las ganas! Si ellos hubieran sido honestos tu relato hubiera sido muy muy erótico y todos habriamos ganado. Aunque así el relato es muy bueno. Besos Maria!!!

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    1. Jajajajaeso sí es verdad, pero entonces no podría haber mostrado lo que quería. Ahora cuando alguno se lo piense asi acercarse a su pareja o no, se podrá acordar de esto. Y ganar algo nuevo.
      Un besillo.

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  3. ¡Hola! A través de Marigem llego aquí. Qué relato tan sensual y bien escrito, ¡volveré! ;-)

    Un saludo María

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  4. Qué bueno, María!! una sucesión de desencuentros en el que todos pierden una oportunidad de disfrutar por no intentarlo. Como tú misma has dicho en el título del post "el no ya lo tienes". Hay que sacudirse las suposiciones y pasar a la acción!!

    Un besillo de miércoles!!

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    1. Siempre pasar a la acción, porque no tienes nada que perder.
      Un besillo Hermana de Letras.

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  5. Por cierto María, no he encontrado la manera de hacerme seguidora tuya ;-(

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    1. Me puedes seguir a través de Google+ ¿Hay otra manera?

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    2. Sí, en el propio blog, activando un gadget que incorpora al mismo la casilla de seguidores, y pinchando, ya figuras como seguidor/a del blog.

      Pero no pasa nada, a través del Google+ también María.

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    3. ¿Ah si? Lo que es no saber. Voy a investigarlo. Gracias.

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  6. Unos por otros "la casa sin barrer", qué tontis, jeje. Muy buena reflexión, María. Hay que pedir que el que no llora no mama, jeje Estoy de lo más refranera. :P
    Un besito. :)

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    1. Jajajaja pues nada a refranear, que es lo que toca.
      Jijiji
      Un besillo.

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  7. Me encanta, has cogido como título una frase que uso mucho.
    Besitos.

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    1. Yo tabién la uso mucho, auqneu es verdad que me cuesta llevarla a la práctica.
      Un besillo.

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  8. Exacto María con el no vivimos, y si nos callamos, no sabremos si pueda convertirse en un si!!
    Muy bueno Besin ;)

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    1. Toda la razón, la verdad es que es mejor probar, así nunca te quedara la duda de y si....
      Un besillo.

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  9. La vida hay que atraparla al vuelo o se nos va sin disfrutarla. Un abrazo niña. Genial relato.

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  10. Me ha gustado mucho tu relato. Me parece buenísimo, y sin llegar a nada erótico, me parece muuuuy erótico, simplemente por lo que no ocurre. Y ese es el meollo de la cuestión, que tantas cosas no ocurren porque falta lo más importante, la comunicación. Quizás si fuésemos más capaces de expresar nuestros sentimientos, cómo tú dices, si fuésemos más capaces de simplemente pedir cuando queremos algo, veríamos que quizás la realidad es muy distinta de como nosotros la vemos.
    Y tú lo has visto muy bien. Genial
    Besos

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    1. El miedo al rechazo siempre está ahí y nos paraliza. Por es perdemos muchísimas oportunidades.
      Pero la vida son dos días, así que a pedir por esa boquita.
      Un besillo.

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  11. Me ha encantado!!! Porque es tan real...
    Besitos

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  12. Jijijiji, me alegro que haya suscitado sensaciones. Es algo que todo escritor quiere.
    Un abrazo.

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