Yo que tengo a mi hija pequeña en la guardería y a la mayor en el colegio en infantil, me he dado cuenta de la importancia que tienen las seños en esta primera etapa de su vida estudiantil. Ellas, en este caso, porque mis hijas tienen seños, son las que les enseñan el amor por el estudio, las que le enseñan los valores que van a fortalecer su carácter.
He tenido mucha suerte tanto en mi vida personal como en las seños de mis hijas, de estar rodeada de maestros y maestras que aman su trabajo y que lo hacen con vocación. Los veo echar horas de más, haciendo algo que les gusta para que sus niños tengan algo especial esa semana que hacer, los veo leyendo libros sobre algún problema que haya tenido algún niño en concreto. Los veo los fines de semana reservándose horas para que sus niños aprendan más y mejor. Los veo nerviosos e ilusionados cuando hacen alguna actuación para los padres, aumentando su esfuerzo, para que nosotros podamos disfrutar de nuestros hijos.
Por eso creo que no se le da la importancia suficiente a estas personas, que sí, que están cobrando, pero que están haciendo un trabajo extra que les dedican a nuestros hijos, para ayudarnos a formarlos como personas. Nuestros profesores deben ser nuestros aliados, y tratarlos como tal. Hacer un frente común con ellos para que nuestros hijos vean la importancia de aprender y ser educado en la vida.
Yo le he dicho muchas veces a la seño de mi pequeña, que me encantaría tener una mirilla en sus clases para poder ver cómo actúan sin que me vean. Como se forman con sus seños y cómo se comportan con sus compañeros. Porque sus clases son otro mundo distinto. Son su mundo y sus seños, sus diosas. Yo no puedo debatir nada con mi hija mayor, si su seño le ha dicho lo contrario de lo que le estoy diciendo, o lo que ella ha entendido que le ha dicho su seño. Todo lo que su seño dice es ley para ella.
Personalmente he tenido mucha suerte con las seños de mis hijas. Ellas son cariñosas y les enseñan el valor del juego en su educación, le enseñan valores y se hacen cómplices de mis hijas. Sus seños son el ejemplo a seguir, y yo me siento muy orgullosa de poder contar con profesionales que aman su trabajo y también a sus niños.
Por eso me da una pena terrible y mucha frustración cuando veo a padres quejándose por alguna tontería y pegándole gritos al profesor delante de su hijo. ¿Quién cree que está haciendo mal su trabajo? Cuando veo en las noticias que padres han ido a pegar a los profesores o que los han denunciado. ¿Qué tipo de sociedad estamos creando? ¿Qué se supone que le estamos enseñando a nuestros hijos?
Me indigna mucho que la gente se alegre de que le bajen los sueldos, de que tengan muchas vacaciones, de que solo trabajen por las mañanas. Creo que es gente que no sabe lo que dice, que lo único que hace es armar jaleo. Porque los profesores son los que forman al futuro del país, son los aliados de los padres para que nuestros hijos sean buenas personas y se formen en condiciones. Nosotros como padres somos los primeros que tenemos que apoyarlos.
Así que desde aquí solo quiero dar mi agradecimiento a todos esos profesores y profesoras que están y estarán con mis hijas, y por supuesto a todos aquellos que me han enseñado a mí, porque estoy segura de que sin ellos no sería la persona que soy ahora.
Hurra por los profesores de vocación!!!
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