En fin, no quiero ponerme en plan erudita, es una simple introducción para poder hablaros de mis experiencias con el karma. Y es que he tenido unas cuantas que me han hecho reflexionar sobre si verdaderamente existe, o simplemente es que cuando somos "malos" esa energía rebota y vuelve hacía nosotros.
Cuando yo no tenía hijos y paseaba por la calle, de vez en cuando me encontraba con varias situaciones de niños. Sí, de esas situaciones que ahora vivo en primera persona. Me encontraba a niños llorando tirados por el suelo pidiéndoles algo a sus madres. Y veía a las madres intentando levantarlos, consolándolos, o no haciéndoles caso. Cada una haciendo las cosas a su manera o como mejor podían o sabían.
A mí siempre me venía una frase a la cabeza que siempre me decía mi madre "un guantazo a tiempo, eso es lo que necesita ese niño". Y es raro porque mi madre siempre ha presumido de no ponernos una mano encima, corroborado por distintas fuentes, que me certifican la mucha paciencia que mi madre ejercía con nosotras. Y no es que diga que yo les pegue a mis hijas, simplemente que algún cachete en el pañal se han llevado.
Bueno, que me voy por las ramas. Ahora que he sido madre, el karma me ha dotado de dos niñas preciosas y maravillosas, a las cuales les parece una excelente idea llorar a moco tendido y tirarse por el suelo de la calle. Mientras yo, impotente ante sus rabietas, opto por mirar hacia otro lado, intentando no conectar mis ojos con ningún viandante, para no ver sus miradas de "esa niña lo que necesita es un guantazo a tiempo".
Ahora que soy madre intento ser menos crítica con las demás madres, sé que es un trabajo difícil, y no todo está escrito. Pero a veces me sorprendo teniendo pensamientos inoportunos que hacen que el karma vuelva para atacarme una vez más.
El otro día reflexionando sobre las madres, pensaba que hay madres que hacen de sus hijos más pequeños de lo que en realidad son, porque los sobreprotegen. Acto seguido mi hija se queda llorando en el colegio, y yo como mala madre que soy, le quito importancia y me voy dejándola en su tristeza. Varias madres me comentan después que mi hija seguía llorando en clase. A lo que yo me quito mi coraza de súper madre y empiezo a darle vueltas a esa cabecita loca que tengo. Pensando incluso en llamar a la seño para preguntarle cómo estaba. El karma me revoloteaba alrededor como un mosquito nocturno, y yo como madre sobreprotectora hice grandes esfuerzos por no realizar esa llamada.
Así que si, intento por todos los medios no juzgar a ninguna madre, puesto que sé que cada una lo hacemos lo mejor que podemos. Pero también sé que si lo hago, el karma estará ahí esperándome para poder lanzarse sobre mí sin compasión.
Qué razón tienes! Antes de tener hijos también tenía varias frasecitas de esas. Después me las he tragado todas! Jeje
ResponderEliminarSí, parece que el karma hace de las suyas a lo grande. Un besillo.
Eliminar