Miro
por Internet regalos para embarazadas y nos encontramos regalos desde los más
originales hasta los más clásicos. Regalos con el nombre del futuro bebé en
cualquier cosa que se te ocurra. Y sobre todo lo que está más de moda ahora, la
tarta de pañales. Si, existen millones de tutoriales para que las puedas hacer
tu en casa, o las puedes encargar en tiendas online.
Cuando estás embarazada de tu primer hijo, todo
te gusta, todo te hace ilusión, y cualquier cosa que veas la ves súper útil. Yo
personalmente hice una lista de bebés para que así la gente pudiera regalarme
lo que yo quería. Cuando tuve a mi primera hija no estaba de moda aún la cesta
de pañales, así que no recibí ninguna.
Pero cuando nació mi hija y empecé a usar todo lo que
me habían regalado, me di cuenta de que no todo lo que hay para bebés es
fundamental. Se puede vivir sin muchas de las cosas que en un principio nos
parecieron fundamentales y necesarias.
Antes de yo tener a mis hijas, una amiga tuvo a su
bebé, ahora mismo no me acuerdo de lo que yo le regalé, pero recuerdo con total
claridad una tarde en la que estaba dándole ella el pecho, y yo sentada a su
lado, haciendo la visita de rigor al recién nacido, me dijo: "el mejor
regalo que me han hecho ha sido una olla de comida". En ese momento pensé
que mi amiga exageraba. ¡Con el montón de regalos bonitos que tenía! ¿Y ella me
decía que el mejor regalo era una olla de comida?
Cuando mi hija nació lo entendí todo. Como
mamá primeriza estaba todo el día ocupada, que si los gases de la niña, los
masajes para el cólico, el baño, el pecho a demanda, y mi hija demandaba, ha
echado la niña, cambios de ropa para mama y bebé,... Y así sucesivamente, hasta
que se te acababan las horas del día y empezaban las de la noche. No podía
creer que me faltara tanto tiempo.
Y vino mi salvación en una bolsa llena de
tupperware. Recordaré esas comidas hasta el fin de mis días. ¡Qué bien nos
vinieron! Fue el mejor regalo que me habían hecho. Que era tiempo para mi bebé
y para mí. En un momento en el que las hormonas las tienes disparadas, en un
momento en el que te encuentras horrible y no puedes ni darte una ducha en
condiciones, en un momento en el que todo se te viene encima y lloras por
tonterías. El mejor regalo era tiempo para mí, era un pensamiento para mí, era
un momento para mí.
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