Mis ojos no se abrían, se agarraban a ti, te olía a pesar de
que sabía que no estabas. Tu olor vagaba por la almohada y yo me aferraba a
ella como si así pudiera retenerte. Mis ojos no se abrían, estaban enganchados a
la necesidad del mundo onírico, no querían volver a la realidad. Un pitido
desagradable y me refugie más en tu olor, me envolví en él, como si fuera lo
último de la tierra.
¿Por qué no
paraba ese sonido infernal? Quería aferrarme a ti y no me dejaban. De un
manotazo acabe con mi tortura y volví a ti. Tu olor. Me levanté a sabiendas de que
te perdería durante un instante, me metí en la ducha, el agua que me acariciaba
el cuerpo tenía tu sabor. Estabas allí, recorriéndome, mojándome saboreando cada
parte de mí, mientras mis ojos seguían
cerrados. Cerrados y aferrados a ti.
Muy hermoso!!! Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias
EliminarApurando esos últimos momentos al máximo. Muy tierno y un poco triste, pero así es. Bienvenida a El Círculo de Escritores y un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias por tener un rincón para nosotros. Un abrazo.
EliminarMuy nostálgico y triste,me enganchaste en la tristeza:(..me gustó mucho tu relato,gracias! por compartirlo! besos!
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegro de que te haya gustado. Besos.
EliminarHermoso y triste, esos recuerdos de quien ya no está. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias. La verdad es que los sentidos son importantes en esos recuerdos. Un abrazo.
EliminarEl olor efímero que se mantiene en un recuerdo siempre sera un motivo para escribir, en éste caso triste. Me gusto mucho.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Me alegro de que te guste. Los recuerdos y e olfato para mi van muy ligados. Un saludo.
EliminarSaludos, bonito y triste relato. Dejar ir no es nada fácil. Éxitos!
ResponderEliminarGracias. Si, es triste, pero real. Como tu bien dices dejar ir es difícil. Un saludo.
ResponderEliminarMuy triste y bello.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un gran abrazo
Muchas gracias. Un abrazo.
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