Yo no me
considero de las madres más exageradas con las enfermedades, dentro del
nerviosismo que nos produce el ver a nuestros hijos apagados, con fiebre o con
cualquier malestar, creo que actúo más o menos bien.
Y es que yo no he sido una de esas niñas que están
enfermas muy a menudo. Tuve la varicela, sí, pero pocas enfermedades más. La
primera subida de fiebre a 40 que recuerdo, tenía 16 años, y aún entre delirio
y delirio pedía patatas fritas para comer.
Creo que mis hijas han salido a mí en eso. De bebés no
se pusieron malas hasta que deje de darles el pecho ¿casualidad? Juzgad
vosotros mismos. Alguna otitis, y algún resfriado o virus estomacal, que por
supuesto me pasaron a mí con mucho amor, y cálculo que la que estuvo peor fui
yo. Los virus de los niños que existen ahora son letales para los adultos, o
por lo menos para mí.
Tengo la creencia de que la playa lo cura todo,
así que intento pasarme todas las tardes de verano que no hace viento en la
playa. Aquí es difícil porque el viento se hace notar muy a menudo, con lo que
no voy si hace "mucho" viento. Cuando acaban esos días de yodo y sal,
y de todas esas propiedades estupendas que sólo te da el mar y el sol, mis hijas
empiezan con los mocos, como preparándose para esa larga sequía de juegos en la
arena y tragos de agua a mansalva.
Y la verdad es que no pasan de ahí, este año por ahora
hemos tenido suerte, mis hijas no se han puesto malas excepto días sueltos de
picos de fiebre y por supuesto los mocos y tos, que no considero ponerse malas,
sino el acompañamiento de los días de frío.
Esto lo digo bajito, no lo escribo en letra más pequeña, por
los que no ven muy bien como yo, pero lo digo bajito porque en cuanto digo que
mis hijas no se ponen malas, caen.
Y es que esta tarde sin ir más lejos, mi hija pequeña
de dos años se ha levantado de su siesta un poco rarita. Temblaba y tenía las
manos un poquito moraillas de frío. La he tocado y estaba helada. Así que le he
tomado la temperatura. 35.7. ¿Cómo se puede tener 35.7? Ella de por si es muy
calurosa, no soporta que la tapen y en cuanto puede se quita su abrigo. Le he
puesto la bata y la he acurrucado en mis brazos, mientras pensaba que podía
hacer para subirle la temperatura. Al mismo tiempo, mi hija mayor de cuatro
años protestaba porque no estaba con ella.
Al final se le ha pasado, pero entre medias he hablado
con el padre de las niñas que inmediatamente me ha dicho "dale algo".
¿Y qué le doy? No soy muy partidaria de atiborrar a mis hijas del famoso Dalsy
o la Apiretal. Es más cuando voy al pediatra le pido encarecidamente que no le
mande antibiótico a las niñas si no es necesario. El pediatra creo que se
quedara un poco perplejo, porque sé de buena tinta que existen algunas madres
que lo piden como si fueran pipas.
En fin, que después de un rato con mami abrazadas, de
poner su película favorita, se ha puesto a gritar ¡Bacalao! como una posesa al
malo del Capitán Garfio, y yo he respirado tranquila. Falsa alarma.
Hola!!!! Mis hijos ya son mayores pero siempre he sido muy tranquila también, he evitado antibióticos y medicación excepto en alguna cosita y no puedo quejarme. Al segundo le di lactancia mixta, fue prematuro y es una historia muy larga, pero jamás se puso enfermo, su hermana tampoco pero yo con él por su bajo peso y la alimentación tenía pánico y jamás tuvo nada. Y por supuesto, también creo que la playa lo cura todo y como vivo al lado vamos muchísimo, en invierno y verano.
ResponderEliminarUn besito.
La verdad es que pecho y playa mezcado la mejor de las medicinas. Un besito.
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