2/2/15

Preguntas y respuestas

     Hoy entre mi migraña crónica, mi ojo izquierdo a punto de salirse de su cuenca y la búsqueda incesante de ideas e inspiración, me he puesto a pensar en todas esas preguntas que hacemos y no queremos hacer. Todas esas preguntas que hacemos para cuyas respuestas no estamos preparados, o ya las sabemos pero queremos inconscientemente que al decirlas en voz alta cambien.


     La primera pregunta que me ha venido a la cabeza, absurda donde las haya, fue hecha a una médica residente en una sala vacía con luces fluorescentes. Mi madre estaba en la otra sala en una cama. La médica me dijo que tenía metástasis, y a pesar de lo que aquello suponía, de saber totalmente su significado, a pesar de mi frialdad externa, de mi tranquilidad, mi cabeza buscaba una solución: "¿Y no se puede hacer nada?". Sabía la respuesta mucho antes de que me la dijera.


     Otras de las preguntas que hacemos, se las hacemos a nuestras parejas. La curiosidad mató al gato, decía mi madre. Y es que la mujer, no todas, pero algunas, somos como los gatos. Nos encanta indagar, saber, curiosear. Así que terminas por preguntar aquello que te hará más daño que bien. Aquello que te rondará la cabeza y lo peor de todo es que tu imaginación hará el resto. Pero al final lo hacemos, lo preguntamos, preguntamos a nuestras parejas por sus anteriores relaciones, en cualquiera de sus versiones. ¿Con cuántas has estado? ¿Tienes fotos? ¿Eran guapas? ¿Sigues viéndolas?.., Y así todas las que se nos ocurran. Y no, en realidad no queremos saberlo, pero preguntamos.


      Otra de las preguntas, y esta es universal, es ¿qué te pasa? No hagas esta pregunta si no estás preparado para oír la respuesta. Si estás preguntando seguramente a la otra persona le pase algo, pero si no te lo ha contado será por algo también. Si preguntamos tenemos que estar receptivos con la respuesta, porque probablemente no nos gustará. Es posible que lo que le pase a la otra persona no lo quiera decir o simplemente sea contigo y no quiera pelearse. Cuando interrogamos tenemos que contar hasta diez y no enfadarnos por las respuestas. Si esa persona te lo dice y no te gusta piensa que hasta hacía cinco minutos estabas preocupado por su estado, utiliza la empatía. Y si no te lo cuenta espera, ya te lo contará cuando lo necesite.


     Existen muchas preguntas como estas, seguro que tenéis algunas. A lo mejor no estáis de acuerdo con lo revelado, sin embargo esta es mi visión un poco migrañosa de las cosas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu huella. Me encantaría leerla.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.