Pintando
aquellos extraños bisontes se pasaba todo el día. Salíamos del colegio, comía y
enseguida se sentaba corriendo con su estuche a pintar, llenando todas sus
libretas de aquellos animales. Veía documentales de animales con mi hija de
cuatro años, pero por mucho que lo intentaba no recordaba ninguno de bisontes. Hasta
que un día harta de verla hacer lo mismo le pregunté:
- Hija, que
bisonte más bonito. ¿Dónde lo has visto?
Mi hija me miró
extrañada.
- Mamá esto no es
un bisonte, es mi seño, dentro de poco es su cumpleaños y le quiero regalar un
retrato.
Jajajjajaja, así sería la seño! Muy divertido!
ResponderEliminarUn abrazo María!
La vida vista desde la visión de un niño. Siempre nos descubre cosas nuevas. Un abrazo Edgar.
EliminarJejejejeje, qué bueno!!!! Yo te leo del tirón, ayer no pude así que me pongo al día. Besitos.
ResponderEliminarCreo que esta niña no pintaba como la tuya de bien. Un besillo.
EliminarJajajajajjaa qué puñeteros son los críos!! Espero que la seño no llegue a enterarse, tengo la intuición de que no le gustaría mucho :P
ResponderEliminarTierno y divertido relato, María. Gracias por las risas!!
Un beso de tarde.
¡¡¡Ay!!! Si tiene sentido del humor, ¿por qué no? La pobre niña lo hizo con toda su buena intención. Lo malo es que dibujar no se le daba muy bien. Muchas gracias Julia.
EliminarxDDDDDDDDD
ResponderEliminar¡¡¡¡Ay!!! ¡¡Qué gracioso!! ¡¡Jopetas!! Corto, pero muy, muy divertido... ¡Me has matado de la risa con ese final!
Me pregunto... ¿Qué cara pondría su Seño? ;P
¡Besis!
Esperemos que la seño tenga buen sentido del humor. Un besillo.
Eliminarla seño... que miedo de seño...
ResponderEliminar:S
Pobre seño, yo creo qeu no sabe lo bien que dibuja su alumna. Un saludo.
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