- Mamá hoy me he peleado con Juan. La seño nos
ha dejado sin nuestro ratito en el jardín.
Desde hacía mucho tiempo en los
colegios tenían un espacio protegido con un manzano y un naranjo, y si había
suerte con algún ciprés. Allí tenían el disfrute de poder respirar aire
totalmente limpio. Un sitio totalmente sellado, donde la luz solar era
controlada.
- ¿Y
por qué os habéis peleado?
- Juan
dice que miento cuando le digo que antes existían unos sitios que se llamaban
playas, donde la gente iba a bañarse al mar y a jugar con la arena. Él dice que el hombre nunca ha vivido en la
superficie. Yo le he dicho que eso no es verdad. Qué antes el sol no quemaba
tanto y que se podía respirar, y que la gente se iba los fines de semana a
pasar el día en el campo que estaba lleno de árboles.
María
se agachó para estar a la altura de su hija. Y acariciando esa cabecita pelona
de ocho años le besó en la frente.
- Cielo,
ya te he dicho que hay personas que no quieren creer que hubo un tiempo en el
que la vida era diferente. Era mejor. Hay personas que no aceptan que fuimos nosotros
mismos los que acabamos con esa forma de vida. Qué la tierra murió lentamente después
de tantas intrusiones del ser humano. Acabamos con la capa de ozono, con los
animales, con las plantas. No nos quedó otra que vivir bajo tierra como los
topos.
- ¿Y
por qué no se lo creen? Está en las escrituras. Es nuestra historia.
- Mucha
gente cree que eso solo son leyendas, y el miedo no les deja ver otra cosa. No
debes pelearte con otros niños por eso. Tú sabes la verdad y eso es lo que
importa.
Bellísima historia de ficción tan real como la vida misma. Me ha gustado mucho, María. Abrazos.
ResponderEliminarSi no tenemos cuidado, podrá pasar algo parecido. El planeta nos está avisando. Un besillo.
EliminarAyyyyy yo siempre he creído que puede pasar si seguimos destrozando asi el planeta. Un beso.
ResponderEliminarPues nunca se sabe. Pero no es un buen futuro el que nos espera. Un besillo.
EliminarUna historia en tono dulce para reflexionar sobre una realidad muy amarga que podría llegar a ser la nuestra. Genial relato para concienciar, María!!
ResponderEliminarUn besillo, que tengas un finde genial :)
Sí, lo malo es que las conciencias que están más arriba están bien limpias, y sucias al mismo tiempo. Cada uno tendremos que aportar nuestro granito de arena. Un besillo.
EliminarMe ha gustado mucho María.
ResponderEliminarYa sabes tu que la ciencia ficción me pierde, y ese puntito de mundo futuro subterraneo me ha gustado mucho.
Solo le pondria una pega... Me hubiese gustado más largo, me ha sabido a poco...jejeje.
Fuera bromas, excelente como siempre.
Un abrazo
Muchas gracias Oscar. Pues la verdad de este relato es que lo escribí para un concurso. Y me equivoqué, pedían 500 caracteres, y yo no lo leí bien, y entendí 500 palabras, así que este no me servía. Por eso es tan corto. Pero vamos el de 500 caracteres es más corto aún. Un besillo.
EliminarMe ha gustado mucho tu historia, pero deseo de corazón que jamás se haga realidad. Un abrazo y feliz fin de semana.
ResponderEliminarYo también espero que no se cumpla. Un besillo guapa.
EliminarVamos de cabeza a tu futuro. Mientras queden niños y escuelas no va del todo mal. Muy reflexivo, sin duda.
ResponderEliminarLas escuelas y los niños, sin unos padres responsables, al final no sirve de mucho. Pero aún nos queda algo de esperanza. Un abrazo.
Eliminar¡Ay! ¡María!
ResponderEliminarOjalá nunca lleguemos a eso... Aunque al ritmo que vamos, no me sorprendería que, al final, nuestro querido Planeta solo fuese una Leyenda más...
¡Qué triste!
Ojalá algún día nos demos cuenta de que Gaia se queja y se queja... Ojalá, haya gente que como tú, pueda escuchar sus gritos y luche para que se oigan más fuertes y no pasen desapercibidos ;)
¡Besines!
La verdad es que es una pena que se trate así el planeta. Pero el problema está en que si los grandes lideres no dan ejemplo, por mucho que hagamos la gente de a pie, no es mucho, comparado con lo de ellos.... Ayyyy que penita me da hablar de esto. En fin, esperemos que solo se quede en un relato más. Un beillo guapa.
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