- ¡Mamá tengo sed! – Ya era la
cuarta vez que Laura escuchaba una llamada de su hijo desde la cama. Estaba
cansada y aún tenía que terminar el informe para mañana.
- ¡Ya te he dicho que te duermas! – Gritó desde el sofá, sin ganas de levantarse.
- Pero, es que quiero agua. – Lloriqueó Juan.
Harta de no poder terminar y descansar un poco, se levantó enfadada y pensó. “Ahora verás, aunque sea de miedo te vas a dormir”. A Laura no le gustaba asustar a su hijo, pero ese día ya había agotado su paciencia con creces.
Se acercó a la ventana y la abrió. Era verano, y el calor seco de la noche le abofeteó en la cara.
- Duérmete mi niño, que ya viene el Bú, que se lleva a los niños, así como tú. - Cantó su madre. Sin decir una palabra más, salió de la habitación.
Juan se tapó con la sábana hasta la cabeza, cerró los ojos hasta hacerse daño. Un ruido en la ventana le hizo abrirlos, sudaba, no sabía si de miedo o de calor. Vio una sombra acercarse hasta él.
No hay que invocar a los espíritus. Esa mamá no había visto la película Candy Man y por eso erró el tiro.
ResponderEliminarUn relato muy entretenido. Cuento para niños, cuento para adultos.
Un abrazo.
Uy yo tampoco la he visto, y por lo que cuentas, creo que no la veré, jeje, Soy un poco miedica.
EliminarUn besillo.
Ay, ay! Creo que a pesar de lo tentada que me siento a veces, intentaré no utilizar esa técnica para obligarles a dormirse... Qué miedo!
ResponderEliminarLa verdad es que con la mitología y las leyendas es mejor no jugar. Nunca se sabe lo que hay de realidad. Un besillo.
EliminarQué chulo!!!! Mejor evitar esas historias a los peques, que luego sufren,jejeej.
ResponderEliminarBesos.
Por ahora mis peques conocen otros cuentos, ahora que Caperucita, Pinocho, los siete cabritillos,... no tienen nada de inocentes.
EliminarUn besillo.
No conocía a este tal Bú, ¡Ni quiero conocerlo!... Aunque parezca un juego, infundir miedo en un niño para que se duerma, es cruel, si se hace realidad esa diabólica advertencia, no te digo más... Un micro estremecedor en su desasosegada narrativa y terrorífico desenlace. Me ha recordado al inicio de la película "Dentro del Laberinto". ¿La has visto? Te la recomiendo fervientemente. Genial micro, María. Ahora duérmete mi niña, duérmete ya...
ResponderEliminar¡Abrazo grande, Hermana de Letras! ;)
¡Ay, ay, ay! Dentro del Labertinto es una de mis pelis. No podría vivir sin ella, no tendría infancia. Cuando era pequeña quería ser ella. "Por increíbles peligros, e inmumerables fatigas,me he abierto camino hasta el castillo más allá de las ciudad de los goblins. Para recuperar al niño que me has robado. Porque mi voluntad es tan fuerte como la tuya, y mi reino igual de grande. ¡No tienes poder sobre mi!"
EliminarAhora la ve i hija pequeña, y la he vuelto a recordar. Una y otra vez, ya sabes como son los niños.
Un abrazo Hermano de Letras.
Coincidimos plenamente en la peli, sin los goblins mi infancia no habría estado completa!!!! Y sin David Bowie igual, claro.
EliminarBesos.
¡Ayyyy! Esos personajillos, pero mi favorito era Ludo. Me encantaba. Y David Bowie, no sé, siempre he tenido sentimientos encontrados, puede ser por la peli, jijiji. Un besillo.
Eliminar¡MUY BUENO! saludos María, y cuida a tus nenas del Bú ;)
ResponderEliminarMuchas gracias. El Bú jamás entrara por su ventana, si no quiere enfrentarse con una mamá guerrera. Un besillo.
EliminarLe salió mal la estrategia a la madre. Un micro que se torna oscuro y de terror, con un final muy triste. La mujer solo quería que su hijo se durmiera, pero eligió mal cómo hacerlo, lo que se puede achacar al estrés que tenía encima. Así pues, cantó una cancioncita para asustarle sin saber que estaba invocando al bú, quien al rato a apareció y se llevó al niño. Un micro muy bien estructurado, en el que cambias de punto de vista: primero madre, luego niño y después madre otra vez. De este modo mantienes el suspense y el interés hasta el final. Muy bien hecho, María.
ResponderEliminarAbrazo, Compañera.
Muchas gracias. Hay que saber dormir a los niños. De lo contrario pueden pasarnos estas cosas. Un besillo.
EliminarGenial, María. Un micro de terror que se hace aún más palpable con la cotidianeidad de los actos de la madre.
ResponderEliminarun abrazo
Muchas gracias. Sí, el pensar que se pueden llevar a tu hijo es totalmente aterrador. Un besillo.
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