Sentada
en la cama, veía fotos de matrimonios antiguos en mi portátil. Y al lado, mi
caja de galletas con fotos de mis bisabuelos. Felices todos, ellas con sus
vestidos blancos, ellos con sus trajes.
Yo
quería eso, quería esa clase de matrimonio. No quería el contrato que se
firmaba ahora con cualquier persona que te encontrabas en la calle. Quería un
amor de locura, con un final feliz vestida de blanco. Estaba enamorada, y
aunque sabía que el amor no era para toda la vida. Quería a Marcos con todo mi
ser. Quería casarme con él, quería tener hijos con él, y no con cualquier
desconocido.
Y es
que desde que en el 2068 se relacionó a los asesinos en serie con hijos de
padres divorciados, las cosas cambiaron. Los gobiernos cambiaron. Se llevó a
cabo una campaña publicitaria a modo global. Hablando del amor efímero, de las
posibilidades que tenían los matrimonios sin amor, contratos hechos con el
único fin de tener hijos.
La
gente les vio las ventajas a estos tratados. Y desde entonces nadie se casa por
amor. Todos se casan para tener hijos en un ambiente estable y normal. Sin
ningún tipo de anomalía. Las relaciones amorosas están fuera del matrimonio.
Los
asesinos en serie han descendido, o eso dicen, o nos quieren hacer ver. Porque
la causa que los hacia matar era ser hijos de divorciados. Yo soy hija de un
matrimonio sin amor, mis padres no se quieren, no hay amor, lo buscan fuera.
Está prohibido enamorarse entre ellos. Pero están juntos a pesar de ello.
Yo les
demostraré que las estadísticas mienten, que se equivocan, yo les daré motivos
para cambiar las leyes, porque yo me casaré por amor. Y haré lo que tenga que
hacer.
Abrí de
nuevo el buscador y tecleé: “asesinos en serie”.
Hay que ver lo que pueden estar dispuestas a hacer algunas personas por amor. Incluso convertirse en asesinos en serie. Quién sabe si tu protagonista será la primera de una nueva saga de asesinos.
ResponderEliminarMuy original.
Un abrazo.
Creo que por amor todo el mundo está dispuesto a hacer un millón de cosas. EN este caso, un poco drástico. Jejeje
EliminarUn besillo.
Uy uy uy, está claro, lo que no se haga por amor... jijiji
ResponderEliminarBuen relato, me volviste a sorprender con el final :)
Besillos!!
Me encanta sorprenderos, ya lo sabes. A lo mejor lo retomo un día de estos y el final solo es el principio. Jijiji. Un besillo.
EliminarJajajajaja... Genial, María. Aquella conversación ha dado para un relato muy original, con tu sello y saber hacer, nos sorprendes con este futuro de matrimonios sin amor y a esta protagonista dispuesta a todo por recuperar el romanticismo, a cualquier precio. Estaría bueno ver en que clase de asesinos en serie se convertirían si llegara el divorcio. Estupendo relato.
ResponderEliminar¡Abrazo, Hermana de Letras!
Me estáis contagiendo, tanto leer asesinos por ahí, algo se me pega, yo que solo escribía de amor... jajajaja. Sí, esa cvonversación ha ddo para un relato. Me diste una buena idea, ya te lo dije, jejeje.Es posible que lo retome, me han quedado ciertas cosas en el tintero. Un besillo Hermano de Letras.
EliminarUn futuro sin amor. Original relato, María que me ha llamado mucho la atención. A través de la visión de una de las afectadas, una hija fruto de una relación sin amor ni matrimonio, nos cuentas cómo ha cambiado el mundo, nos describes esta ley y con qué buen fin se hizo: el de reducir asesinos en serie (¿es verdad eso?). De este modo nos dejas claras las razones por las que esta chica se convertirá en una asesina en serie, porque no está de acuerdo con la nueva ley, y no está de acuerdo porque ella quiere amar y ser amada. Como dice Josep, está dispuesta a hacer lo que sea por amor. Un abrazo, Compañera.
ResponderEliminarUna ide un poco loca, pero como se habla tanto de la familia en estos últimos años, de lo importante que es tener una familia "normal", en una conversación con Edgar, se me ocurrió esta idea. Es posible que los asesinos en serie desaparezcan, cuando todas las familias sean normales... o no. Me alegra haberte llamado la atención. Un abrazo, compañero.
EliminarMuy original. Me ha encantado ese "amor por encima de todo", jaja.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias. Sí, el amor todo lo puede, o eso dicen...
EliminarMe encanta, pero más que por lo que se hace por amor más bien por lo que dices entrelíneas, parece ser que cuando un chico ochica hace algo mal en plan grave, asesinato, violación o acoso a los compañeros lo hace porque es hijo de divorciados, ser hijo de divorciados es sinónimo de desequilibrio o maldad.
ResponderEliminarEn mi familia directa no tenemos divorcios, pero tengo amigos divorciados y mis hijos también y ahy de todo, como en ls de matrimonios no divorciados.
Y desde luego, un matrimonio sin amor no es la panacea precisamente.
Me ha encantado y en cuanto a la frecuencia de publicación, que lo acabo de leer, creo que haces bien en mantener el ritmo.
Yo los fines de semana desaparezco y apenas entro, un poco desde el móvil si puedo pero por semana intento publicar a diario post que ya he ido preparando. Un beso.
Muchas gracias Marigem. No sé sí lo habrás visto, pero la idea se me ocurrió hablando precisamente de eso, del estigma que a veces sufrimos los hijos de padres divorciados. La familia "normal" no existe. Existen las familias, sean como sean.
EliminarY con respecto a la frecuencia de publicación, no desaparezco, pero con este calor, y con la playa al lado, escribo más en mi cabeza que sobre las teclas. Un besillo.
Todas las reglas tienen excepciones, y está claro que tu prota está dispuesta a demostrarlo, je, je.
ResponderEliminarMuy bueno, María! Yo jamás me he parado a pensar que los hijos de padres divorciados puedan sufrir ninguna clase de difenciación en negativo, pero tu relato y los comentarios me han hecho pensar. Como dice Marigem, hay de todo en todas las formas de familia. Que esos niños lo pasen mal en determinados momentos puede ser, como los huérfanos o como los que pasan penurias económicas, pero de ahí a ser peores personas hay un gran trecho, no?
Original, ocurrente y una estupenda reflexión. Me ha encantado!!
Un besillo grande, guapa!!
Se trata de una realidad llevada al extremo. Yo fui hija de padres divorciados en los 90, cuando aquello no era nada usual. Así que recibía comentarios y miradas un poco diferentes. Siempre he pensado que mis padre hicieron muy bien al separarse, cuando alguien no se quiere, es lo mejor.
EliminarEn fin, era una iea que salió hablando con Edgar.
Un besillo guapa.