Aguanto la respiración. No puede
oírme. No me puede encontrar. Toda la noche huyendo de él, para encontrarme en
este pequeño pasillo. A oscuras, solo un rayo de luna que entra por esa puerta
sin puerta. Mi corazón galopa al ritmo de mil caballos en la pradera. Lo va a
oír. Agazapada en el suelo, agarrándome las piernas con mis brazos, intento que
se oiga menos.
Veo una
sombra, ya viene, la única esperanza que me queda es que no me vea en esta
oscuridad. La sombra se hace más grande, más, más,…
- ¡Te
pillé! Ahora te la quedas tú.
Un verdadero alivio saber que solo se trataba de un juego, María. Yo ya estaba por llamar a la "policía literaria" para ayudar a tu prota :))
ResponderEliminarEstupendo micro, con muy pocas palabras transmite a la perfección una sensación de miedo y angustia muy creíble. Enhorabuena!! :)
Besillos de martes.
Me encanta eso de la policía literaria. Habría que llamarla en más de un relato, porque hay cada personaje que necesita ayuda. Un besillo guapa.
EliminarQué buena forma de romper la tensión. Una persecución terrorífica, una persona huyendo y escondiéndose de alguien en la oscuridad y aterrada hasta tal punto de esperar que no oiga los acelerados latidos de su corazón, se convierte en un inocente juego de niños, y nos percatamos de lo importante que son estos juegos para ellos (y eran para nosotros), tan importantes y reales, que les hace sentir hasta miedo de ser descubiertos y perder el juego.
ResponderEliminarAbrazos, Compañera Mamá.
Sí, estos juegos eran y son para los niños toalmente excitantes. Cuando juego con mis hijas, les puedo oír esa risita nerviosa mientras las busco. UN besillo.
Eliminarjajaja, "El escondite". Qué gran juego y cuando éramos peques se mascaba el terror. Muy bueno moza! Besos
ResponderEliminarSiii, me encantaba el escondite entre naranjos o las tinieblas de la noche en un cuarto enano todos escondicos. Un besillo guapa.
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