26/7/15

Historias de noches en vela

      Escribo de noche con alevosía y nocturnidad (le he copiado esta frase a una compañera bloguera, porque me recordó a mi madre que siempre la decía). Y es que, ¿por qué será, que es más fácil escribir al amparo de la noche? Escribir como única luz la que sale de la pantalla. Escribir en silencio, acompañada de los ruidos esporádicos que acompañan mis palabras.

       Es más fácil escribir cuando estamos enfadados, cuando etamos tristes, cuando estamos enamorados. Sentimientos a flor de piel que vomitamos sobre las hojas o sobre las teclas, depende del momento. Palabras no dichas, reproches olvidados, besos escondidos, caricias sin dueño.



       Y escupimos, y lo hacemos sin miramientos, sabiendo que la pantallita esa fluorescente que evitas mirar no te va a contestar. Porque ella y tus libretas son tus amigas del alma, son tu oyente dormido, son tus compañeras fieles. Y tú, sigues pulsando las teclas con avidez, mientras la noche se cierne sobre ti, un manto negro que no deja escapar ni uno solo de tus pensamientos.


        Mientras tanto la ciudad duerme, o no, o sale a beber o simplemente a bailar. Y quizás al otro lado del mundo, o al otro lado de la calle, haya alguien como tú, que este tecleando con furia, con rabia, o con amor. Alguien como tú que se identifica contigo y con lo que sientes, alguien que simplemente busca en las hojas en blanco su mejor aliado.


       Y te invade una sensación de plenitud, de saberte acompañada, de saber que la vida está llena de eso, de sentimientos, de momentos que vivir, de detalles que plasmar, no solo en las hojas en blanco, sino en tu mapa de la vida. En tu cuerpo desnudo, en tu alma.




6 comentarios:

  1. Felicidades, no eran el calor o el insomnio quienes no te dejaban dormir, era tu musa que estaba caprichosa. Ellas no entienden de horas, cuando les apetece vienen, y cuando no... A dormir.
    Un abrazo.

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    1. Pues sí, supongo que será eso, que ellas no entienden de nada. Llegan cuando menos te lo esperas. Y se van sin decir adiós. Un abrazo.

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  2. Vaya, tu texto hace plena justicia a esas horas en las que parece detenerse el tiempo y lentamente vas volcando sobre un montoncito de letras algo que te mantiene en vilo para bien o para mal, dándole usualmente la mejor de las formas en ese momento donde nadie parece poder alcanzarlo.
    Es sin duda uno de los mejores momentos para la creatividad, o al menos me pasa a mi también.
    Un abrazo.

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    1. Bonitas palabras que lo describen a la perfección, en ese silencio de la noche, donde la tranquilidad nos da un raspiro para nuestra inspiración.
      Un besillo.

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  3. Es un buen texto. Mis musas me persiguen a la madrugada, pero se quedan conmigo en los días cuando me apareo con ellas, y de ese gesto de entrega, resultan mis historias sin contar.

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    1. Está claro qeu por lo menos tus musas reciben algo a cambio bastante satisfactorio. Un abrazo.

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