3/9/15

Sentimientos nocturnos



                La cama se ha convertido en mi peor enemiga. Ella me regala los peores sentimientos que pueden pasar por mi cabeza.

                La cama es enorme, la compramos grande después de haber dormido en una pequeña durante mucho tiempo. Pero esta noche él no está. Estoy sola en la inmensidad de las sábanas limpias. En la inmensidad de la noche oscura. La luna tampoco ha querido salir esta noche.

                Y en mi rinconcito de siempre me acurruco abrazada a la almohada. Y la cama, segura en la más absoluta oscuridad empieza su tortura. Cierro los ojos y oigo ruidos, ruidos extraños que me hacen pensar en ladrones, golpes y niñas encerradas en el cuarto de baño.

                Intento deshacerme de esa idea y abro los ojos. Me acuerdo de ella, de sus últimos días y como siempre el sentimiento de culpa me consume, no me deja respirar, y unas lágrimas silenciosas bajan por mis mejillas. Intento olvidarme de ese sentimiento.

                Me doy la vuelta y miro a ese espacio vacío que tanto echo de menos. Tus brazos no están ahí, y muero porque me abracen para hacerme sentir segura. Pero tú has salido, le estas regalando tiempo a otras personas que no soy yo. Los celos se me meten en el corazón, estrujándolo hasta que se ralentiza.

                Acaricio ese lado de la cama y te huelo en él. Sigues conmigo a pesar de no estar.

                Ahora estoy bocarriba en mitad de mi mundo, mientras me pongo a pensar en todas aquellas personas que no me quieren, a pesar de no saber porque. De aquellas personas que me dejaron a un lado, tirándome como si de un despojo se tratara. Y la pena por mí misma me invade. Pero la rabia la sigue casi sin demora por la injusticia.

                Intento cambiar mis pensamientos a algo más alegre, pero esa cama vacía me absorbe, llevándome a mis más oscuros sentimientos. Ellos se apoderan de lo bueno que hay en mí, dejándolo en algún rincón de mi alma.

                Y entonces llega mi posibilidad de la salvación, la posibilidad de no estallar entre agua salada. Mis musas me revolotean. Me llaman, me dictan al oído, me llenan la cabeza de ideas que sé que perderé a la mañana siguiente. Pero me dejo sumergir, me abandono a esa sensación, a esa intimidad que solo ellas me dan. Y cierro los ojos y abro mis brazos, las dejo pasar sin barreras.

                La cama no ha ganado la batalla, la culpa, la pena, el dolor, la rabia, los celos, el miedo,… todos se han ido. Y entre letras y palabras me pierdo en mis sueños. 


22 comentarios:

  1. Qué haríamos sin esas musas...gracias por textos tan bonitos, María. Un besito.

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    1. Son nuestras guías y a veces nos llevan a mundos increíbles. Un besillo.

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  2. Pues mira, las musas llegan de verdad cuando las neceistas, para inspirarte y consolarte. Un besito.

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    1. Y a veces están un poco dormidas. Creo que el calor las hace esconderse. Un besillo guapa.

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  3. Qué bonito Marta....
    Comprendo esa sensación de extrañar a alguien, y casi siempre se da en el dormitorio, ¿verdad?, provocándonos insomnio.
    Suerte que las musas frenan las malas sensaciones.

    Besotes.

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    1. Jijiji me llamo María, no sé si habrá sido algún fallo del corrector o algo, pero por si no, ahí te lo dejo.
      Muchas gracias por pasarte. Cuando estas en la cama es el momento de echar de menos a la gente.
      Las musas son lo mejor para esos males.
      Un besillo.

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  4. He sentido cada letra como si fuera mía. Y las siento. Me ha encantado. Un beso

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    1. Me encanta que te sientas representada. Es todo un placer. Un besillo.

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  5. Que bonito Maria!! Que seria de nosotros sin esas musas que nos hacen evadirnos de todo...!!
    Besin :))

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    1. Las musas, sin ellas estaría perdida en un mar de letras. Un besillo guapa.

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  6. esta excelente, muchas gracias por compartir este escrito.

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  7. Un texto bello y evocador que te envuelve en tristeza y soledad. Una brillante narración que te sumerge en el interior de la protagonista. Sencillamente genial, María.
    ¡Abrazo grande, Hermana de Letras!

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    1. Muchas gracias por tus palabras Hermano de Letras. A veces la tristeza y la soledad se revuelven en busca de la esperanza. UN besillo.

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  8. La oscuridad y el lecho, dos lugares donde sentir lo peor y lo mejor. Me ha gustado mucho este texto de tristeza, soledad y reflexión.
    un abrazo.

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    1. Muchas gracias Clara. Cuando estamos solos es difícil no darle vueltas a la cabeza. Un besillo.

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  9. ¡Bendita y maldita Cama!
    Donde naces las Musas, donde también se mueren...
    Si obviamos le hecho de que yo no comparto mi Lecho con mi Amor (porque no lo tengo), siento todas tus Letras como mías... A mi también me pasa, me pongo a pensar en todas esas Personas que no quisieron verme, que no supieron apreciarme y me da una rabia... Pero luego, yo que sé... Decido que eso es malo para mi Salud, que no siempre te quieren como tú quieres y que, al final, todos tenemos una Conciencia y que debemos asumir nuestros actos... Y sí, vale, me sigue dando rabia, pero menos ;P

    Mis Musas también andan extrañas... Tengo algunas Historias revoloteando por mi Coco, pero se resisten... No sé hasta cuando, mientras tanto... Solo escribo lo que las Letras mandan, aunque no tengan mucho sentido...

    ¡Super Besines, María! ;)

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    1. Las noches dan mucho de sí. Es verdad que no merece la pena pensar en personas que no te quisieron como una cree que debe ser querida.
      Las musas deben estar perdidas en algún rincón de la tierra, deseando verlas de nuevo.
      Tus letras siempre guardan un orden en tu caos personal, y la verdad es que me encanta leerlas. Siempre tienen algo de ti.
      Un besillo.

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  10. Que me gusta lo que escribes, que bien lo haces,enhorabuena María.

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  11. Me ha encantado Maria, plasmas emociones que todos podemos sentir en algunos momentos concretos. Ahora mismo, yo doy vueltas en la cama como un pingüino mareao, jeje, insomnio de esa clase que solo las cabezas saturadas provoca. A unque a mi también me funciona el truco de las musas ; )

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    1. Las musas son las mejores amigas para esas noches de pingüinos mareados, jejeje. Muchas gracias. Un besillo.

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