13/11/15

Matarse lentamente



                Te odio, te odio, te odio. Tú eres lo peor que me ha pasado en mi vida. Tú sacas lo peor de mí cuando te acercas.

                Jamás he tenido tu miel en mis labios, nunca he sentido tu deseo, no he tenido tu cuerpo dentro de mí, llenándome haciéndome tuya.

                Y aun así, a pesar de ello consigues arruinarme los buenos momentos, consigues llevarte las mejores cosas de mi vida.

                Tienes el poder en tus manos, engatusas al mundo entero, incluso prometiéndole los peores destinos. Les das un segundo de alegría para quitarles el resto. Pero da igual, porque ellos no saben lo que se van  a perder.

                Y aquí quedamos los tontos, los inmunes a tus argucias, los que no te queremos ver ni en pintura, los que odiamos los dientes amarillos, el olor a pestilencia, los pulmones negros, las muertes prematuras.

                Aquí quedamos los idiotas que no sucumbimos a tus promesas, los que no queremos cambiar un instante por el resto de nuestras vidas. Los que seguimos luchando a pesar de ti. A pesar de tenerte cerca, de ver cómo nos rondas cada día y cada noche.

                Te odio, te odio más de lo que se puede odiar a nada ni a nadie en este mundo, y por mucho que lo diga, nunca podré expresar y nunca podrás saber lo que eso significa. No sabrás lo que me haces ni lo que me provocas. Porque a ti eso te da igual, a ti te dan lo mismo las consecuencias. Al fin y al cabo eres el compañero de juegos de satán.

                Porque estoy segura de que él participa en tus travesuras, de que él te inspira en tus fechorías, de que él es tu fiel acompañante.

                Si no es así, ¿quién iba a querer matarse lentamente?


10 comentarios:

  1. Muy bueno, María. Sería genial que textos como éste estuvieran a la vista de todos, como elemento de concienciación. Yo nunca he tenido deseos de matarme lentamente, pero en cierto momento de la juventud me rondó también la tentación...
    Me ha encantado!!

    Besitos y feliz finde.

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    1. No creo que sirviera de mucho. Los elementos de concienciación me parecen inútiles. A mi alrededor veo a gente operada de cáncer y siguen fumando. No sé que tendrá que engancha tanto.
      Me alegro de que vencieras la tentación de juventud.
      Un besillo.

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  2. Me encanta. Yo hace 11 años que dejé de fumar y es lo mejor que he hecho, nunca debería haber empezado pero al menos lo he dejado a tiempo. Y la muerte prematura y repentina de mi padre, en parte se aceleró por los años que había fumado, y eso lo tengo grabado a fuego.
    Está muy bien escrito.
    Besos y muy feliz finde.

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    1. Me alegro de que lo dejarás, una mujer valiente y fuerte.
      A mi me pasa como a ti, el tabaco tuvo mucho que ver en la muerte de mi madre. Es algo que te marca de por vida. Yo no daba tanat importancia a que la gente fumara hasta que me pasó. Y ahora no soporto un cigarrillo cerca, ni el humo, y mucho menos en mis hijas.
      Un besillo.

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  3. Genial María!! Estoy de acuerdo con lo que dice Julia este tipo de textos tan originales son los que deberían verlo todos para concienciarse un poco más!!
    Un abrazo ;)

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    1. Como le he dicho a ella, no creo que nada conciencie a los fumadores. Pero bueno, a mi me viene bien para desahogarme.
      Un besillo.

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  4. Un relato genial, a los que hemos perdido a alguien por culpa de este "enemigo de todos" nos toca de lleno. Tremendamente original, María, alucino con la facilidad que tienes para escribir sobre toda clase de temas. Enhorabuena.
    Feliz fin de semana. Besos

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    1. Ayyyy fue un momento de rabia a las tantas de la noche y necesitaba desahogarme de alguna manera. Jejejeje. Lo que sirven los momentos de cabreo a la hora de escribir.
      Muchas gracias por tus palabras.
      Un besillo.

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  5. Buen slogan para las cajetillas de tabaco, si no fuera un poco largo, je, je
    Si eso es lo que te inspira un momento de cabreo, no puedo hacer otra cosa que admirar tu talento
    Besos

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    1. Creo que escribimos mejor cuando las emociones están a flor de piel. O por lo menos a mi me pasa, jejeje.
      Un besillo.

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