Te
odio, te odio, te odio. Tú eres lo peor que me ha pasado en mi vida. Tú sacas
lo peor de mí cuando te acercas.
Jamás
he tenido tu miel en mis labios, nunca he sentido tu deseo, no he tenido tu
cuerpo dentro de mí, llenándome haciéndome tuya.
Y aun así,
a pesar de ello consigues arruinarme los buenos momentos, consigues llevarte
las mejores cosas de mi vida.
Tienes
el poder en tus manos, engatusas al mundo entero, incluso prometiéndole los
peores destinos. Les das un segundo de alegría para quitarles el resto. Pero da
igual, porque ellos no saben lo que se van
a perder.
Y aquí
quedamos los tontos, los inmunes a tus argucias, los que no te queremos ver ni
en pintura, los que odiamos los dientes amarillos, el olor a pestilencia, los
pulmones negros, las muertes prematuras.
Aquí
quedamos los idiotas que no sucumbimos a tus promesas, los que no queremos
cambiar un instante por el resto de nuestras vidas. Los que seguimos luchando a
pesar de ti. A pesar de tenerte cerca, de ver cómo nos rondas cada día y cada
noche.
Te
odio, te odio más de lo que se puede odiar a nada ni a nadie en este mundo, y
por mucho que lo diga, nunca podré expresar y nunca podrás saber lo que eso
significa. No sabrás lo que me haces ni lo que me provocas. Porque a ti eso te
da igual, a ti te dan lo mismo las consecuencias. Al fin y al cabo eres el
compañero de juegos de satán.
Porque
estoy segura de que él participa en tus travesuras, de que él te inspira en tus
fechorías, de que él es tu fiel acompañante.
Si no
es así, ¿quién iba a querer matarse lentamente?
Muy bueno, María. Sería genial que textos como éste estuvieran a la vista de todos, como elemento de concienciación. Yo nunca he tenido deseos de matarme lentamente, pero en cierto momento de la juventud me rondó también la tentación...
ResponderEliminarMe ha encantado!!
Besitos y feliz finde.
No creo que sirviera de mucho. Los elementos de concienciación me parecen inútiles. A mi alrededor veo a gente operada de cáncer y siguen fumando. No sé que tendrá que engancha tanto.
EliminarMe alegro de que vencieras la tentación de juventud.
Un besillo.
Me encanta. Yo hace 11 años que dejé de fumar y es lo mejor que he hecho, nunca debería haber empezado pero al menos lo he dejado a tiempo. Y la muerte prematura y repentina de mi padre, en parte se aceleró por los años que había fumado, y eso lo tengo grabado a fuego.
ResponderEliminarEstá muy bien escrito.
Besos y muy feliz finde.
Me alegro de que lo dejarás, una mujer valiente y fuerte.
EliminarA mi me pasa como a ti, el tabaco tuvo mucho que ver en la muerte de mi madre. Es algo que te marca de por vida. Yo no daba tanat importancia a que la gente fumara hasta que me pasó. Y ahora no soporto un cigarrillo cerca, ni el humo, y mucho menos en mis hijas.
Un besillo.
Genial María!! Estoy de acuerdo con lo que dice Julia este tipo de textos tan originales son los que deberían verlo todos para concienciarse un poco más!!
ResponderEliminarUn abrazo ;)
Como le he dicho a ella, no creo que nada conciencie a los fumadores. Pero bueno, a mi me viene bien para desahogarme.
EliminarUn besillo.
Un relato genial, a los que hemos perdido a alguien por culpa de este "enemigo de todos" nos toca de lleno. Tremendamente original, María, alucino con la facilidad que tienes para escribir sobre toda clase de temas. Enhorabuena.
ResponderEliminarFeliz fin de semana. Besos
Ayyyy fue un momento de rabia a las tantas de la noche y necesitaba desahogarme de alguna manera. Jejejeje. Lo que sirven los momentos de cabreo a la hora de escribir.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Un besillo.
Buen slogan para las cajetillas de tabaco, si no fuera un poco largo, je, je
ResponderEliminarSi eso es lo que te inspira un momento de cabreo, no puedo hacer otra cosa que admirar tu talento
Besos
Creo que escribimos mejor cuando las emociones están a flor de piel. O por lo menos a mi me pasa, jejeje.
EliminarUn besillo.