22/2/15

Cumpleaños feliz


     ¿Os acordáis de nuestros cumpleaños? Sí, esos en nuestras casas con los sandwiches de salchichón y mantequilla, de unos pocos globos de colores flotando por la casa o colgados del techo con una chincheta. Esos cumpleaños con unos pocos amigos del cole, con tus primos, tus abuelos y poco más. Esos cumpleaños con las tartas caseras con chuches repartidas por el bizcocho. Qué eran las únicas que comías, porque ya no se repartían más en todo el cumple.


     Bueno, esas y las que nos llevábamos al cole para repartir con los de la clase, contadas, una por niño, y si tenías suerte incluso dos. Los cumples de los más afortunados llevaban hasta tres chuches para repartir.



      Esos cumpleaños donde los niños jugábamos a las tinieblas de la noche, y podíamos caber 15 niños escondidos en una habitación, dentro de los armarios o debajo de las camas, pero cabíamos, unos encima de otros.


     Pues bien, esos cumpleaños se han acabado. Formaran parte de nuestro recuerdo, pero ya no los volveremos a ver más. Ahora los cumpleaños en casa son muy escasos. Nuestras casas son enanas, a pesar de que las casas de nuestros padres no eran ni son mucho mayores.


      Ahora están de moda los sitios especializados de cumpleaños. Esos sitios donde los niños pueden elegir que merendar, entre una salchicha o nugets fríos, una pizza congelada, una hamburguesa o bocadillos de un pan que pone a prueba las mejores dentaduras, y relleno de algo, que lo sabes porque el niño lo ha elegido así, no porque lo veas.


     Estos sitios están totalmente mecanizados. Tienen el tiempo cronometrado para cada cosa, rato de jugar, rato de pintarse la cara, rato de merendar, rato de dar los regalos, y si tienes suerte alguna actividad adicional, como los desfiles, o disfraces para los niños. Es verdad que estos sitios se lo curran un montón, con monitoras para que los padres y madres puedan merendar a gusto y sus hijos no les den el tostón. 


     En algunos sitios están divididos por edades, desde mi punto de vista, craso error, por lo menos para una madre como yo que divide a sus dos hijas. Si van a un cumple donde no conocen a ningún niño, solo al del cumple, no quieren entrar y solo empiezan a disfrutar cuando ya nos toca irnos. 


      Y como colofón de fiesta, su típica bolsa de chuches en forma de cono. Yo este año he llegado a tirar chuches y chuches. 


      El problema de estos sitios es que los niños que van al mismo cumpleaños, la mayoría de las veces no juegan entre ellos, no interaccionan, y se van a sus casas sin casi conocer a los niños con los que han coincidido.


     Algunas madres nos arriesgamos a no ir a esos sitios, a buscarnos la vida en parques, o nuestras propias casas, pero siguen sin ser los mismos cumples de antes. Intentamos buscar cosas nuevas, bolsas de chuches originales o cumples temáticos. Cosas que hagan de ese cumpleaños inolvidable para los niños.


      Pero yo me pregunto, ¿es necesario todo esto? ¿nos estamos volviendo locos los padres y madres con lo que les damos a nuestros hijos? No lo sé, pero yo personalmente echo de menos los cumpleaños de antes.


    No es una crítica a los cumpleaños de ahora, los niños se lo pasan en grande, les encantan los "sitios de bolas", como les llama mi hija, simplemente las cosas han cambiado, no sé si para mejor o peor. Supongo que nuestros padres al ver nuestros cumpleaños pensarían lo mismo con respecto a los suyos. 



2 comentarios:

  1. Pienso exactamente igual. Mis hijos son mayores, y he celebrado cumples en todo tipo de sitios, pero los familiares(tienen 10 primos) los hice en casa y en la finca de mi madre, porque me apetecía hacer cosas de las de antes, y siempre tuvieron mucho éxito. Ahora que son mayores, el día del cumple hago una cena en casa, el año pasado puse los post por si te apetece mirarlos, y el mejor regalo que tuvieron mis hijos fue una felicitación via twitter de dos de sus ídolos(de los accesibles, claro), ella de Raúl Cimas y él de Mojinos escocíos. Y el pincheo fue todo casero, pero es lo que dices, no es como antes. Y claro queno es una crítica, se lo pasan genial en los sitios de bolas pero mi pregunta es,¿y luego, qué? ¿les alquilamos un restaurante entero, un auditorio, una sala de fiestas?
    Yo intento quedarme con lo bueno, que además esa etapa pasa muy rápido, y disfrutar. Un besín y me gusta esta reflexión, yo también me la hice muchas veces.

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    1. Marigem, la verdad es que tienes razón, esta etapa pasa muy rápido. Yo por ahora he evitado esos sitios, no sé el tiempo que pasará hasta que pueda dejar de evitarlo, mi hija de cuatro años ya me los pide. Y no opr nada, sino porque en esos sitios yo no puedo estar con ellas viendo como disfrutan. Es un poco egoísmo mio. Y supongo que cuando crezcan ya iré pensando como lo celebraremos...

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