A cada
vuelta del tambor de la lavadora sus ojos giraban. Allí delante no perdía
detalle de lo que dentro sucedía. Todo su mundo dependía de aquello. Con prisa,
le echó detergente como había visto hacer tantas veces, giro la rueda y le dio
al botón que ponía start.
Se miró las manos, el rojo brillante le delataba, se levantó corriendo para lavárselas bien. Entró en el salón, el lugar del delito. Sofá rojo, paredes rojas, todo rojo. ¿Quién iba a saber que el kétchup saldría así de la botella? Diría que fue su hermano, al fin y al cabo él ya era mayor, tenía 5 años.
Se miró las manos, el rojo brillante le delataba, se levantó corriendo para lavárselas bien. Entró en el salón, el lugar del delito. Sofá rojo, paredes rojas, todo rojo. ¿Quién iba a saber que el kétchup saldría así de la botella? Diría que fue su hermano, al fin y al cabo él ya era mayor, tenía 5 años.
Uy, mi hermano también me hacía esas jugaditas, de echarme la culpa, humor del bueno, un micro cañón. Saludos.
ResponderEliminarGracias Jonh. Los hermanos a veces tienen eso, mejor echarle la culpa al otro, son con los primeros que aprendemos. Un abrazo.
Eliminarjajaja Qué bueno. Los niños...
ResponderEliminarSí, los niños y sus cosas...
EliminarSolo una mami con conocimiento de causa podía hacer escrito algo así. Genial, María!! jajajaa.
ResponderEliminarUn beso, que tengas un día estupendo!!
A mi aún no me han hecho nada por el estilo, pero todo se andará, tiempo al tiempo, que son muy pillas. Un besillo Julia.
Eliminarja ja ja que mal pensado soy.
ResponderEliminarNo creo que seas el único, o por lo menos eso espero.
EliminarMuy buen final, María, para un micro tan lleno de intriga. Cambias del horror a la ternura en tan solo una línea. Genial.
ResponderEliminarYo también escribí un micro para el concurso aunque no participé porque me pasé de palabras... Está en Tusrelatos, te dejo el enlace por si le quieres echar un vistazo.
Un abrazo.
http://www.tusrelatos.com/relatos/daniel-el-curioso?comentarios=2
Muchas gracias Ricardo. Me pase a leer el tuyo y te deje comentario. La verdad es que me hiciste reír. Pobre Bigotitos. Un abrazo.
EliminarEs verdad, María, ya lo leiste y comentaste, jaja. Mira que eché un vistazo a los comentarios y valoraciones para comprobarlo porque tenía la sensación de que ya lo leíste, pero se me pasó al final... Me alegra que te hiciera reír.
EliminarNo te preocupes, la verdad es que lo volví a releer, jeje. Tengo memoria de pez. No me gusta esa página mucho por lo de las valoraciones, de pronto sin venir a cuento la gente te puntua mal sin darte motivo. Parece que eso del ranking es nocivo para la salud, jeje.
EliminarGran micro María, te pones en la piel de alguien que ha cometido un sangriento crimen y luego lo destapas, la piel es la de un astuto niño que a falta de hacer desaparecer la prueba del delito, culpará a su hermano pequeño, genial, tensión resuelta con buen humor.
ResponderEliminar¡Un abrazo compi! ;)
shshshss ¡Qué destripas el final! Jajaja. Muchas gracias compi por pasarte y comentar. Un abrazo.
EliminarMuy bueno!!
ResponderEliminarMuchas gracias Eva.
Eliminar¡¡¡Aiiiixxx!!! ¡¡Qué bueno, María!! ;D
ResponderEliminar¡¡Se me ha quedado cara de tonta al llegar al final!! Es que... ¡No te lo esperas para nada! Yo andaba imaginándome una cabeza en la lavadora... ¡Y me encuentro con ketchup! ^^
¡Besis!
Jijiji, una cabeza en la lavadora, ufff creo qeu no se me habría ocurrido nunca. Será defecto de madre, que siemre tengo que imaginarme alguna travesura de algún niño. Un besillo guapa.
Eliminar