La familia

      Hoy posiblemente me voy a meter en un jardín en el que no debería meterme. En un jardín que cada vez que lo veo me hierve la sangre y me molesta hasta decir basta. Sobre todo, porque siento que en ese jardín yo estoy metida. 

     Quiero ser fiel a mis principios, y existen cosas que me parecen injustas y creo que el callarnos no favorece a nadie. Como ya he dicho anteriormente, uno de mis defectos es que no puedo mantener la boca cerrada, y es por ello que me llevo más de un palo. Lo que escribo lo hago desde una humilde opinión, no quiero ofender a nadie, ni que nadie se sienta ofendido por mis palabras.

      Yo provengo de una familia distinta. En la década de los 80 no estaba muy bien visto que una pareja se divorciara. Y mis padres lo hicieron, no era como ahora, que hablar del divorcio no es un tema tabú. Los hijos de divorciados en aquella época eran los que dábamos pena a todo el mundo. Aunque sinceramente, yo no recuerdo una infancia mala. Creo que hubiera sido peor que mis padres hubieran seguido juntos sin quererse, con las consiguientes peleas y faltas de cariño.

     Hoy en día no paro de oír hablar de gente "a favor de la familia", de gente que va a manifestaciones con slogan del tipo "la familia sí importa". En sus discursos hablan de la familia tradicional, creada por un hombre (padre), una mujer (madre) y los hijos.

      No estoy en nada de acuerdo con esta definición. No creo que exista la familia tradicional. Ni siquiera para esas personas que la defienden a ultranza. Porque digo yo, esas personas que defienden este tipo de familia (que yo tengo ahora mismo), ¿cuánto tiempo pasan sus hijos con los abuelos? ¿Más que con ellos? Con lo que podría decirse que no es una familia tradicional, ya que los abuelos también entran dentro de la ecuación.

      No entiendo que intenten quitarles los derechos a otras personas de formar su propia familia por su orientación sexual o por cualquier otra razón que les parezca adecuada y que no coincida con su concepto de familia.

      Creo que la familia no se forma ni por la sangre, ni por el color de piel, ni por la orientación sexual, ni por nada parecido. La base de una familia es el amor. Ese amor que se profesan dos personas es lo que hace que quieran tener hijos, compartir con esa persona que tienes al lado una pequeña vida de los dos, compartir vida, darle el amor que os rebosa por los cuatro costados. Disfrutar educando juntos a esos niños, riendo con ellos, salvándolos de todos los escollos que les ponga la vida. Para querer a alguien no se necesitan etiquetas, no hace falta decir, que eres una familia de verdad o no.

      España es un país en el que las adopciones están muy difíciles, puedes pasarte años intentando adoptar a un pequeño, y no porque no los haya, no, sino porque la burocracia lo ralentiza. Hay personas que no pueden tener hijos y se someten a largos y costosos tratamientos de fertilización para poder tener hijos. ¿Y nosotros además le queremos poner más trabas a esto? ¿No se supone que en la diversidad está la belleza, o la riqueza o la perfección? No sé exactamente como es el dicho. Pues promulguemos con ello. Dejemos que los niños se eduquen en la felicidad, con dos padres, dos madres, una madre, un padre, un padre y una madre, un hijo adoptado, unos abuelos,... en fin millones de familias diferentes que podríamos encontrarnos.

      Y es que me pongo a pensar, y digo si hay que ser radical seámoslo. ¿Qué pasa si a una "familia tradicional" se le muere uno de sus progenitores? ¿El otro no tendría derecho a criar a sus hijos? ¿Tendríamos que arrebatárselos porque no son considerados una familia?

     En mi modesta opinión deberíamos ser un poco más tolerantes y empáticos, creo que esta sociedad mejoraría muchísimo.

     Terminando, decir que me he inspirado para escribir esto en el último anuncio de Coca Cola que habla de las familias, cuyo slogan es La felicidad siempre es la respuesta.