Dejé la casa en silencio, cerré ventanas, bajé persianas,
puse trapos debajo de las puertas, desenchufé todo aparato eléctrico, apague el
móvil, el iPad, el teléfono fijo y el ordenador. Y me senté a escuchar. Allí
estaba yo, en mitad del suelo de mi salón escuchando algún indicio que me
pudiera llevar a lo que buscaba.
En mi mano mi cámara de fotos puesta en modo video, nunca me
había comprado una cámara de video por considerarla absurda. Ahora me parecía lo más
necesario del mundo.
Estaba dispuesta a dar con ellos, aquellos pequeños seres
que se escondían dentro de mis paredes, aquellos que me volvían loca por las
noches correteando por mi casa. Les había puesto varias trampas, pero ninguna
con éxito. Una vez pude ver el pie de uno de ellos, pero solo eso. Necesitaba
verlos, tocarlos, saber que no me estaba volviendo una chiflada.
Mi cámara se apaga, pero no me doy cuenta. Solo puedo mirar
a lo que tengo delante de mí, encima de mi pie un ser diminuto me mira con
interés. Me extiende su mano, y en ella hay lo que parece ser una ofrenda de
amistad, una miga de pan.
Ayyyyyyy hace poco hice una entrada con las series de mi infancia y esta era una de ellas, y la mayoría de los comentarios me decían que les había metido la canción en la cabeza,jejeje. Me imagino al ser ofreciendo la miguita de pan. Un post muy chulo. Un besito.
ResponderEliminarA mi me pasa lo mismo, desde que pensé en hacerlo y cada vez que lo leo, me viene la cancioncilla a la cabeza. Me pasaré a leer ese post. Un besillo Marigem.
EliminarBonito micro que nos tranportará a más de uno a nuestra infancia, final muy tierno!
ResponderEliminarUn abrazo María!
Muchas gracias Edgar, la verdad es que los diminutos en mi infancia me marcaron bastante, aún sigo dreyendo que hay seres detrás de mis paredes. Un abrazo.
EliminarTierno final para tierna historia. Tienes cuentos a mansalva que contar a tus hijas (que suerte tienen).
ResponderEliminarMuchas gracias Alejandro. La verdad es que cuando me siento a contarles los cuentos a mis hijas, mi imaginación se desvanece, y tiro de cuentos ya escritos, pero bueno quien sabe, a lo mejor algún día no me pasa. Un saludo.
EliminarSeguro que nos hubiera encantado encontrarnos con esos seres... Muy bonito María. Un abrazo :)
ResponderEliminarYo le hablo de ellos a mis peques, y se ponen conmigo a escuchar por las paredes, como los pisos de ahora son de tan baja calidad, no me resulta difícil hacerles creer que al otro lado de la pared vive alguien. Un besillo Elena y gracias.
EliminarMe pareció gracioso, alguna vez vi esos dibujos. Muy bonito.
ResponderEliminarFeliz domingo.
Muchas gracias Alejandra. A mi me encantaban esos dibujos de pequeña. Un abrazo.
EliminarMuy bello tu micro, María. La imagen que creas de la mano con la miga de pan es fantástica.
ResponderEliminarAbrazo grande!
Gracias Federico, es todo un halago. Me alegro haber podido hacer que te lo imaginaras. Un abrazo.
Eliminarohh!!mi infancia algo extraña ..nunca o casi nunca vi dibujos animados o escuché cuentos ...pero tu relato me supo a rica niñez! lo disfruté<3
ResponderEliminarPues mira algún capitulillo si tienes ocasión, son muy graciosos. Un beso Ady.
EliminarEste relato pide segunda parte!!
ResponderEliminarYa veremos, ya veremos,...
Eliminar¡Yo tambiém quiero verlos! Seguiré tu método, parece infalible, y confiaré en la suerte :)
ResponderEliminarQué tierno, María, me ha encantado!!
Un besillo de lunes.
A ver si tenemos suerte y nos los encontramos. Avísamos con cualquier novedad ¿vale? Un besillo Julia.
EliminarMuy bonito, María...¿Y qué pasa luego? No nos dejes en ascuas. Esto hay que seguirlo!
ResponderEliminarLo tendré en cuenta, a lo mejor me presento con una segunda parte. Un besillo Paola.
EliminarMuy dulce esa muestra de paz! Me acuerdo mucho de esa serie, me encantaba :) Abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias Ana, a mi también me gustaba mucho la serie. Por eso los busco en cualquier rincón e incito a mis hijas a hacerlo también. Un abrazo.
EliminarDe Peque, en mi cuarto, había un rodapié desencajado... Nunca se lo conté a mis Papis, porque tenía la secreta esperanza infantil de que, por aquel lugar, entraban y salían los Diminutos... ¡Aiiiix! ¡Me traes un montón de Lindos Recuerdos!
ResponderEliminar¡Besis María! ;)
¡Ay! Pues yo pasaba todos los días por un parque para ir a casa de mis abuelos, donde había un árbol que tenía un agujero en su base. Yo pensaba que allí vivían los gnomos. ¡Viva la inocencia de los niños! Un besillo Campanilla.
EliminarMe encantaba esa serie y me ha encantado tu relato. Precioso María. Besos
ResponderEliminarCreo que son unos dibujos muy buenos, que nos han encandilado a más de un niño, y nos ha hecho soñar. Muchas gracias Mercedes.
EliminarSaludos, buen relato y que lindo final. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarMuchas gracias Mery. Me alegro de que te guste. Un besillo.
EliminarSeguro un incordio por las noches, con sus carreras, je je, pero visto está que no tienen mal fondo. Maravilloso micro, tocaya!
ResponderEliminarSi, las correrías con los piececitos tan pequeños son un poco molestos, pero es verdad que lo que hacen es buscarse su comidita. Un beso María y gracias por pasarte.
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