Lola
estaba sentada a las dos de la madrugada delante de su ordenador. Sus hijos y
su marido dormían a pierna suelta. Y ella sin poder conciliar el sueño una
noche más, se dedicó a leer las historias de miedo que tanto le gustaban.
De
pronto se fijó en una página que se llamaba “Leyendas cibernéticas”. Entró en
una página adornada solo con los colores negro y rojo. Las letras blancas destellaban
sobre la pantalla. Entró en la primera que había y empezó a leer. No era nada
del otro mundo, espíritus que matan gente.
Siguió
leyendo dándole una oportunidad. Una mujer con insomnio leía en el ordenador
historias de miedo. De pronto en la pantalla vio reflejada la figura de un
hombre. Lola se dio la vuelta instintivamente. Allí no había nadie. Volvió a su
historia, y allí en la pantalla estaba la figura de un hombre reflejada. No se
atrevió a darse la vuelta. Siguió leyendo como si la vida le fuera en ello. Todo
lo rápido que podía. La protagonista había empezado a chillar, mientras el
hombre a su espalda se acercaba lentamente.
Al día
siguiente se encontraron a Lola muerta de un infarto frente al ordenador.
Mirándolo por el lado irónico, ya no tendrá más noches de insomnio. Es curioso como algunas historias despiertan las dudas en la persona lectora. Me acordé de los programas de radio de Iker Jiménez, que generalmente eran a medianoche-madrugada y podían ser inquietantes si te pillaban conduciendo o en casa jaja. ¡Un beso!
ResponderEliminarSé que existían esos programas, aunque jamás los he escuchado.
EliminarSoy un poquito miedica, no sé si lo he dicho antes. Jajjaja
Un besillo.
Joooerrrrr, pobre Lola, por Dios!!vaya sustazo.
ResponderEliminarBesos.
Y tanto, eso sí que es morir del susto literal.
EliminarUn besillo.
¡Diosssss! No vuelvo a escribir más delante del ordenador a las dos de la madrugada, no sea que esta Lola haya tomado el relevo para reflejarse en la pantalla.
ResponderEliminarUn relato de miedo.
Besos
Pues ya sabes, es posible que Lola se te aparezca por detrás y tu corazón no pueda soportarlo.
EliminarUn besillo.
Me encantó el comentario de Francisco Moroz, me hizo soltar una carcajada.
EliminarGracias por ello.
Muy interesante el relato. Es mejor no leer esas historias ni a esas horas ni estando sola en casa.
Me encantó.
Felicidades.
Un gran abrazo.
Es lo mejor. Leer por el día que no da tanto miedo.
EliminarUn besillo.
Pobre Lola! No me esperaba ese final! Qué miedo... :(
ResponderEliminarSigue así. Un abrazo!
Sí, la verdad es que pobre Lola.
EliminarUn besillo.
Excelente, amiga, con tu permiso lo comparto.
ResponderEliminarMuchas gracias. Permiso concedido.
EliminarUn besillo.
Buena y original idea de crear el terror con los dos espacios, el virtual y el real. Me gustó
ResponderEliminarMuchas gracias, sí mezclando lo que siempre utilizamos, nosotros los blogueros.
EliminarUn besillo.
Lo que podría haber sido un inocente entretenimiento para pasar el rato se convirtió en misteriosa tragedia. Me temo que Lola había pasado a ser parte de las leyendas cibernéticas... Qué miedito, María!!
ResponderEliminarUn besillo.
¿Quién sabe? A lo mejor el próximo se la encuentra por ahí. Por sí acaso no me pondré a las dos de la madrugada a mirar nada.
EliminarUn besillo.
yo creo en el lugar de Lola no habria seguido leyendo sino que me habria dado a la fuga
ResponderEliminarYo creo que también habría salido por patas de allí.
EliminarUn besillo.
La curiosidad mató al gato.
ResponderEliminarYo soy ella y dejo de leer, que miedo y tensión. El ataque de corazón le hubiera dado a cualquiera.
Genial María, besos.
Muchas gracias Irene. La verdad es que yo seguro que me pongo a ritar como una posesa.
EliminarU besillo.
He ahí lo peligroso de ponerse a leer historias de miedo a las tantas de la madrugada, je, je. Cualquier reflejo puede darte un susto... de muerte. Estupendo microrrelato María. ¿Quién no ha mirado para atrás? Todos nos vemos un poco... "reflejados", ja, ja
ResponderEliminarBesos
Jajaja totalmente de acuerdo. Fíjate bien lo que viene por detrás.
EliminarUn besillo.
Una genial escena que se vive como un cortometraje de terror, nuevas tecnologías que abren infinitas posibilidades de fusión entre el mundo de los espíritus y el de los vivos. Bien jugado, María. ¡Un micro de infarto! jejejeje...
ResponderEliminar¡Abrazo, Hermana de Letras! ;)
Jijijiji sí un micro de infarto. Me alegra que te lo haya parecido. Ya sabes que esto del terror no es lo mío.
EliminarUn besillo.
La autosugestión llevada al extremo. Un relato muy bien logrado.
ResponderEliminarAbrazo!!!
Sí a veces no sabemos sí lo que vemos es realidad o ficción, y eso nos puede llevar a un final estremecedor.
EliminarUn besillo.
A mi también me hubiera dado un infarto, la verdad. Qué cosas tiene la sugestión, ¿verdad?
ResponderEliminarUn besico grande.
Un infarto es poco, yo salgo de alli corriendo y con los ojos cerrados y dando manotazos, seguro que estaría para verme.
EliminarUn besillo.
Muchas veces nos preguntamos por qué se murió de repente...
ResponderEliminarMuy bueno María, inesperado final Besos
¿Quién sabe? A lo mejor detrás de esas muertes, hay algo sobrenatural...
EliminarUn besillo.
jajaja... a mí me asustó el perro arañando la puerta para entrar en la habitación donde estaba leyendo las historias de miedo del concurso la otra noche... jajaja... no me dió un infarto, pero casi. Qué fuerte, el poder de la autosugestión. Te dejo el mío para que lo puedas leer: http://fotoalquimiada.blogspot.com.es/2015/10/el-cuarto-oscuro.html
ResponderEliminarUn saludo!!
Sí, la verdad es que la autosugestión es importante a la hora de leer historias de miedo, sin ella la mayoría no nos darían ningún miedo.
EliminarUn besillo.
P.D. Paso a leerte.
María, que mieditis al ponerme en su piel jejeje casi , me infarto hasta yo!! ;p Muy bueno!! Un abrazote :)
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegra haberte asustado, de eso se trata, ¿no? Jejeje
EliminarUn besillo.
Magnifico María. Pobrecilla tu protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, la verdad es qeu la pobre...
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