Lo que ella
quería ver:
El vapor se
extendía por toda la habitación. Una música relajante sonaba de fondo. Ella
tumbada en esa gran bañera de marfil, empapándose de las sales perfumadas y los
pétalos de rosa, que dejarían su piel como la de un niño. Una copa de vino, y
un buen libro con el que disfrutar esos ratitos de relax. De vez en cuando
venían a preguntarle si quería algo. ¿Desea usted más vapor, más sales, más
vino? ¿Está cómoda? Aquello era lo que necesitaba.
La realidad:
Había llenado la
bañera rápido y en el último momento se acordó de que tenía un bote de sales en
el fondo del armario. Lo echó en el agua, esperando que se disolvieran del
todo. No lo hicieron. Así que ahora en la bañera de vez en cuando se clavaba
alguna en el culo.
La bañera de su
casa era una bañera normal, de esas que vienen con la casa cuando la compras. Así
que no cabía entera dentro, o metía el cuerpo y ponía las piernas pegadas a la
pared, o metía las piernas, con el cuerpo fuera hasta que se quedaba helada.
Se había cogido
una copa de vino para tomárselo mientras disfrutaba de esos lujos, no le
gustaba mucho, pero salía en todas las películas americanas y eso tenía que
relajar mucho. Se cogió el libro que se estaba leyendo. Maldiciendo la hora en
la que se negaba a comprarse libros de menos de 1000 páginas. Así que los
brazos le pesaban mientras sujetaba aquel mamotreto. Haciendo malabarismos para
que no se le mojara ninguna hoja.
Había apagado las
luces y había encendido unas cuantas velas para darle más ambiente al minutito
de relax, lo que hacía que tuviera que fijar más la vista en aquellas letras
enanas.
Música relajante
que había encontrado por la red, sonaba bajito en el móvil.
La puerta estaba
cerrada. Su marido le había prometido un ratito…
- Mamá, no
encuentro mi oso. – Su hija de cuatro años entró empujando la puerta de golpe,
y un aire frio le recorrió todo el cuerpo.
- Cielo está en
tu cama.
- Pues no lo
veo. – Lloriqueando.
- Natalia que
haces aquí, deja a tu madre que se está relajando. – Su marido fue a su rescate.
Cierra la puerta.
Dos minutos
después se abre la puerta despacito.
- Perdona que te
moleste, ¿dónde están los pijamas de las niñas?
- Ahí que ponerle
uno limpio, el de ayer se lo mancharon de tomate. Están en su armario. En el
último cajón.
- Vale, ya no te
molesto más. Un besito. Te quiero.
- Y yoooooo.
Se cierra la puerta,
para dos minutos más tarde abrirse de nuevo. Entra su hija de dos años. Que al ver
las velas abre los ojos de par en par y grita:
- ¡Cumpleaños
feliz! – Y como una posesa se pone a soplar a pleno pulmón para apagarlas
todas.
A oscuras llega
su padre.
- Desde luego es
que no me puedo despistar ni un momento. Perdona María, ya me la llevo. Por
cierto, ¿qué les doy de cenar?
Se oye un suspiro
en la oscuridad del baño.
- No te preocupes
ya voy.
- No mujer, quédate
un poquito más.
- No te preocupes,
si ya me iba a salir. Además el agua ya está fría.
María se salió de
la bañera, se secó rápido con la toalla y cogió la copa de vino que no había tocado.
Se la bebió de un trago, su cara se contrajo. Ya estaba lista para continuar.
Había tenido su momento spa.
Jajajaj, esos momentos spa los he vivido yo. Y ahora peor porque ellos tienen sus momentos spa y pillar la bañera o la ducha en mi casa a ciertas horas es un lujo,jajajaja. Un beso.
ResponderEliminarSi, cuando se hacen mayores es peor,... yo no sé, jijijiji.
EliminarJajaja. Como me suena este momento spa. Hace poco tuve uno parecido. Un ratito para mí.. Una mascarilla,una revista.. Al final salí del baño con la mascarilla para buscar los pijamas (parece que se esconden muy bien) y para mejorarlo mi hija cuando me vio me soltó:"Pero qué haces,mami!". Y yo... Pues nada,qué voy a hacer.. Un besito
ResponderEliminarJajaja me he reído con tu hija. La verdad es que a veces les sorprenden la de tonterías que hacemos los adultos. Y luego no les dejamos a ellos que se ensucien la cara... Un besillo guapa.
EliminarJajajaja, los momentos spa cambian mucho con los niños!!
ResponderEliminarBuenísimo, besitos.
Es lo que tenemos. Los niños son nuestra perdición, en el buen sentido, claro. Un besillo.
EliminarMuy bueno...jajajja. Más real imposible.
ResponderEliminarLa diferencia entre lo cotidiano y lo soñado, lo que tenemos y lo que querriamos tener.
Un aplauso, excelente.
Un abrazo
Muchas gracias Oscar. Aunque no es un hecho real, o por lo menos no exactamente, sí, es la diferencia entre lo real y lo irreal. Un abrazo.
Eliminar¡¡Aiiiiix!! A mi también me entran ganas de hacerme un "momento spa", pero luego me parece de lo más ridículo, así que no lo hago u.u
ResponderEliminarImagino que esto está basado en hecho reales, ¿no? Puuuues... ¡Me ha encantado! Porque... ¡Ainsss! Ya sé que era el Momento Spa de María, que se suponía que debía ser de lo más tranquilo, pero... ¡Noooo! ¡Ha sido toda una Locura! ;)
Una Locura que me ha sacado un sonrisa tremenda *-* Lo de las velas me ha matado xDDD ¡Me ha parecido de lo más tierno y divertido! #SeSabe
¡Muuuuchos Besitos! ;)
Ay pues la verdad es que es un hecho real a medias. Yo nunca me baño, no me gusta, me aburre estar ahí tumbada sin hacer nada. No consigo relajarme. Pero auque algunas cosas son inventadas, otras no, y otras están basadas en lo que sé que harían mis hijas. Así qeu algo de autobiográfico tiene. Prefiero un spa de verdad con sus piscinas enormes. Jijijiji. Un besillo.
EliminarAyyyyyy pobre María, creo que la experiencia no resultó todo lo gratificante que debería!! Pero apuesto a que al ver asomar por la puerta a sus pequeñas con sus caritas y sus voces infantiles buscando su ayuda y su atención, todo lo dio por perfecto :)
ResponderEliminarUn relato genial, María. Me ha hecho recordar tantas experiencias de mis amigas con niños pequeños... Creo que hasta que no crecen un poquito más es mejor aplazar ciertos "lujos".
Delicioso relato, me ha encantado!!
Un besillo grande, guapa!!
Si, hay lujos que se pierden, pero encuentras otros que no tenías. ASí que lo comido por lo servido. Además estoy segura de que luego lo echaré de menos. Un besillo.
EliminarBuenisimo Maria, los que tenemos niños sabemos perfectamente de lo que hablas!! Y estos maridos que nunca encuentran nada...!! Jajajaaj
ResponderEliminarSaludos!! XD
Siii, supongo que esto pasa en más de una casa. Un besillo.
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