- Mamá.
- Dime Daniel.
- Estamos leyendo ahora en clase el cuento de Don Quijote de la Mancha.
- Ya lo sé cariño. – En clase habían comprado cuentos adaptados a la edad de los niños. Con solo diez años no podían leerse el gran libro de Cervantes.
Laura se lo había leído varias veces. En el instituto le obligaron a leérselo y más tarde lo hizo por gusto.
- Era un hombre que estaba loco. Se creía un caballero.
- ¿Y por qué sabes tú que estaba loco?
- Pues porque todo el mundo se reía de él. Se había vuelto loco de tanto leer sobre caballeros y creía que era uno de ellos.
- ¿Y quién te ha dicho a ti que no era un caballero? – Laura se propuso que su hijo razonara lo que estaba leyendo.
- Ay mamá, me lo ha dicho la seño. En su época, ya no existían los caballeros. – Daniel estaba empezando a enfadarse con su madre. No entendía porque le hacía esas preguntas.
- Vamos a ver, Daniel, no te enfades. Sólo quiero que entiendas que no todo lo que te dicen tus maestros o nosotros, tus padres, son verdades absolutas.
- Mamá, no es eso, es que hasta en el libro lo dicen, que está loco.
- Para ser caballero, ¿no hay que hacer una vela de armas?
- Si, ya sé lo que me vas a decir, que Don quijote tuvo una, pero se la inventó…
- Acaso Don Alonso Quijano ¿no tenía un escudero?
- Sí, Sancho Panza. - Daniel empezó a contestar con rabia, sabiendo que su madre empezaba a darle motivos que no podía discutir.
- ¿Don Quijote no tenía grandes aventuras, salvaba inocentes y luchaba contra gigantes?
- Pero mamá, los gigantes eran molinos y los inocentes eran presos.
- ¿Don Quijote no estaba enamorado de la gran doncella Dulcinea? – Laura hizo caso omiso de las contestaciones de su hijo y siguió con sus preguntas.
- Mamá estas cambiando la historia. No me vas a engañar. Además el cura y el barbero le intentaban curar de su locura.
- ¿Ah sí? – Laura sonrió, de tal manera, que Daniel pensó que había caído en la trampa de su madre. - ¿Y no es más loco el que quema libros y tapia una biblioteca?
Daniel se había quedado mudo. Su madre dejó que los pensamientos fraguaran en la cabeza de su hijo, que sabía que iría a mil por hora. Siguió haciendo la comida mientras tarareaba una canción que se le había pegado esa mañana de la radio.
- Aun así mamá, todos pensaban que estaba loco.
- ¿Y si todos se tiran por un puente, tú también te tiras? – A Laura le encantaba esa frase de madre que se transmitía de generación en generación. - ¿Por qué eres un niño?
- Pues porque tengo diez años.
- ¿Y eso te hace ser un niño?
- Pues claro, y porque juego y voy al cole.
- ¿Y quién te ha dicho que eso es ser un niño?
Daniel suspiró agobiado ya por las preguntas de su madre.
- Todo el mundo lo sabe.
- Pues por eso mismo, todo el mundo sabe lo que es ser un caballero.
Daniel se quedó pensando un buen rato. Terminó de hacer la tarea y guardó sus libros. Salió de la cocina dejando a una mamá satisfecha, pensando que ese día había hecho pensar a su hijo. Al poco rato, Daniel apareció en la puerta con un escudo de cartulina, un taper en la cabeza a modo de casco y una espada de madera que tenía entre sus juguetes.
- Mamá, yo también soy un caballero. – Laura y Daniel estallaron en carcajadas. Laura abrazó a su hijo y lo besó con fuerza, tirando el taper al suelo.
- Cuidado bella dama, que me tira usted el casco. – Los dos volvieron a reír mientras Laura giraba con su hijo en brazos.
Muy bueno, Maria, muy bueno y divertido.
ResponderEliminarEstas madres modernas...
Muchas gracias Paola. Las madres que sacamos ideas de donde no las hay. Un besillo.
EliminarAyyyy qué bonito!!!!!
ResponderEliminarY eso que yo con Don Quijote he tenido mis más y mis menos, de pequeña me encantaba la serie de dibujos, de hecho tenía un puzzle y todo, pero cuando me tocó leer el libro, ufff, me costó. Prefiero Las Novelas Ejemplares, ya que hablamos de Cervantes.
Me ha encantado la escena del escudo de cartulina y el tupper en la cabeza, es muy tierna.
Besinos.
Ay pues a mi me encantó el libro. De hecho me reí mucho leyéndolo. Como gustos colores. Un besillo guapa.
EliminarNo hay nadie mejor que una madre para enseñarnos quienes están locos y cuerdos. Ellas mismas están locas de amor por sus hijos. ¡Yo me fió de ellas!
ResponderEliminarBonito relato de amor y caballería andante.
Besos
Muchas gracias Francisco. Si, las madres tenemos una locura especial. Yo también me fio de ellas. Un besillo.
EliminarEstupendo relato, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarPobre Don Quijote, loco caballero recorriendo el mundo enfrentándose a todos los peligros con el objetivo de “Facer” el bien.
Y le llamaban loco, por intentar vivir una vida de aventuras recorriendo el mundo, en lugar de comportarse como un viejo esperando la muerte en ese pueblo de la mancha que no conocemos su nombre.
Buena reflexión vista con los ojos de un niño.
Un saludo
Si, la verdad es que de loco para mi gusto, tenía poco. Cervantes fue muy innovador para la época. Un abrazo.
EliminarInteresante conversación entre esa madre y su pequeño y precioso relato!! Ojalá todas las madres se tomaran el trabajo y la molestia de conseguir que sus hijos tuvieran sentido crítico y pensaran por sí mismos :))
ResponderEliminarMuy bonito, María, me ha gustado mucho.
Un besillo y feliz domingo!!
Seguro que hay por ahí muchas madres así, el único problema es que siempre se oye más lo malo que lo bueno. Un besillo guapa.
Eliminar¡María! *-*
ResponderEliminar¿Sabes qué es lo que más me ha gustado? Lo de... "¿Y eso te hace ser un niño?" No sé... ¿Qué nos hacer ser qué? ¿Quién dice que no podemos ser Caballeros Quijotescos en pleno siglo XXI? Creo que no has dejado solo al Pequeñajo del Relato reflexionando... Sino que a mí también me has dejado dándole vueltas sobre lo que somos, lo que creemos que somos y sobre todos lo indicios que nos hacen ser algo... ;)
¡Muy chulo!
¡Besitos! ^^
Estamos en una sociedad muy predeterminada, que nos encasilla en una cosa u otra. Dejemos volar la imaginación... Un besillo guapa.
EliminarUn relato buenísimo, encantador y portador de una gran lección. Somos quienes creemos ser, quienes queremos ser, la identidad de uno la forja uno. Brillante la forma, un cuento adulto e infantil y el contenido, maravilloso. ¿Quien es el loco en un mundo donde lo "Normal" es ser lo que dictan los demás?
ResponderEliminarPerfecto.
¡Abrazo, Compi! ;)
se nos dictan unas normas que debemos seguir, pero, ¿y si no las seguimos? ¿estamos locos por ello? En fin,. creo que este niño llegará muy lejos en su vida. Un besillo Compi.
EliminarConseguiste agobiarme con tanta cuestión. Me siento como el niño y te digo... ¡Pero si estaba loco! jejeje. Un relato muy entretenido y bien escrito, que juega con la moraleja sin caer en la moralina.
ResponderEliminarMe alegro no haber caido en la moralina, no lo pretendía. ¿Seguro que estaba loco? ¿O simplemente quería vivir una vida disntinta? jajaja, no quiero coger el papel de madre. Un abrazo.
EliminarBuenísimo María! Si puedes soñarlo, puedes hacerlo. Es una gran enseñanza para niños y no tan niños. Sólo cuestionándonos todo aprenderemos :) Besazo
ResponderEliminarMuchas gracias Ana. La verdad es que sí, lo soñamos y lo hacemos. Es la mejor forma de divertirte y conseguir cosas en la vida. Un besillo guapa.
EliminarUna historia que está vigente y que da para muchas reflexiones. Los niños al final aprende a pensar por si mismos, no lo dudes. Un abrazo
ResponderEliminarSi, son más listos de lo que pensamos. Nos dan mil vueltas en todo.
EliminarUn besillo.
Me ha encantado. El poder de los niños es infinito. Un besito
ResponderEliminarAdemás de verdad, ellos tienen la fuerza, la energía y la imaginación que a nosotros nos falta.
EliminarUn besillo.