20/3/15

Uno de esos días


     ¿Habéis tenido alguna vez uno de esos días? Sí, uno de esos días, de esos en los que arrastras los pies al andar porque no tienes fuerza ni de levantarlos. De esos en los que todo te molesta, hasta la respiración de la persona que tienes al lado. Si respiran fuerte porque lo oyes demasiado, si lo hacen flojo, porque no lo oyes. Te conviertes en el perro del hortelano.



      Uno de esos días en los que estás triste sin motivo, de esos en los que tus palabras no encuentran la voz, porque están demasiado ocupadas en tu cabeza dando vueltas, como para preocuparse de darle forma. Tu silencio es atronador.


     Uno de esos días en los que todo se olvida, en los que la inercia y la rutina hacen bien su trabajo. Tus hijas descubren el sexto sentido, no el de la película, el sexto sentido de saber cuándo tienes los nervios a flor de piel, cuando no aguantas ningún llanto más, ni ninguna rabieta. Es el sexto sentido que les dice cuando es el mejor momento para desafiarte.


      ¿Y si uno de esos días se convierte en una de esas semanas?


      Tu casa ya no parece habitable, los juguetes por medio son la nueva alfombra del salón, y las montañas de ropa llegan al techo. La capa de polvo de tus muebles han creado su propio ecosistema. Hasta te ha parecido ver pequeños seres diminutos construyendo sus casas entre las pequeñas partículas.


     Y piensas, voy a contratar a alguien para que me ayude a limpiar la casa, porque esto ya no sé por dónde cogerlo. Pero la vergüenza de una ama de casa desempleada te frena en seco y lo desestimas. Así que sigues acumulando, haciendo honor a tu síndrome de Diógenes.


     Decides ponerte a llorar. Una buena llantina te ayudara a sacarlo todo fuera. Uno de esos llantos en los que los mocos se confunden con las lágrimas, de esos desde los pulmones. Y te preparas: pones una de esas canciones que nunca falla, y te pones a pensar en cosas tristes, la guerra, los niños que pasan hambre, la política de nuestro país. Nada, ni una sola lágrima, a pesar de haberte puesto a pelar cebollas. Y encima ahora estás cabreada porque te has acordado de que tienes que ir a votar, y los ojos te pican muchísimo.


     Con lo que buscas otra solución, llamas a tu peluquera de confianza y te haces un cambio de look. Pero no da el efecto deseado. Ahora estás con otro color de pelo que no te termina de convencer, y un corte moderno, pero ese grano traicionero que te ha salido sin avisar en medio de la cara, no te deja ver lo guapísima que estarías con esa melenita.


      Y para colmo no se te olvida que tienes que votar el domingo. Que digo yo, ¿a quién se le ocurrió poner las votaciones en domingo? Es para deprimir a cualquiera.


     Así que después de haberlo intentado todo, no te queda otra que buscar ayuda de un profesional, llamar a un psicólogo que escuche todas tus divagaciones. Pero rápidamente cambias de opinión. Te pasa como con tu casa, tu cabeza está tan desorganizada que no quieres que la vea un profesional.


     Después de todo, sigues igual, con peinado nuevo y teniendo que votar el domingo, tú casa y tu cabeza haciendo carreras por ver quien se desordena antes. Y no te queda otra que recurrir a tu amado recurso, a escribir, escribir como una loca todo lo que se te pasa por la cabeza. Ya verás cómo mañana no será uno de esos días.



14 comentarios:

  1. Ufffff, es que a veces una situación que no es tan tan tan complicada se nos complica porque simplemente no podemos con ella.
    A mí eso no me ha pasado, pero sí que he tenido días y momentos en los que no me apetecía hacer nada, bueno las cosas de casa no me suelen apetecer, jeje, si quitamos cocinar que me encanta lo demás podría hacerse solo, pero sí que es verdad que sentimos apatía, sin razón y sin motivo pero la sentimos y es difícil de solucionar.
    Y sí, ponerse a escribir aunque la ropa llegue al techo es lo mejor para el ánimo.
    Besos y como siempre lo has descrito genial.
    Por cierto, mil gracias por tu comentario de ayer,no te contesté por el blog porque no tenía mucha moral pero gracias.

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    1. Si la verdad es que hay veces que se nos hace una montaña de un grano de arena. De nada guapa. No hace falta que me contestaras, sé como son esos días. Un besillo.

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  2. En fin.. como decía Hemingway: "Mi psicoanalista es mi maquina de escribir".

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    1. Muy buen resumen. Aunque en este caso, yo sigo prefiriendo el bolígrafo. Un saludo.

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  3. Esos días me horrorizan. Por suerte, siempre nos queda la pluma y la almohada. Infalible!

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    1. Si, son los psicólogos de los pobres. Muchas gracias María.

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  4. Escribir y escribir, no hay mejor terapia que esa, para cuando se cruza en el camino, uno de esos días o semanas.
    Que tengas un buen fin de semana Maria :)

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    1. Escribir es lo mejr que hay, aunque claro, para los que nos gusta. Te evades literalmente del mundo. Un besillo y feliz finde.

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  5. Creo que todos hemos tenido un día como ésos que describes o parecido (los hay a medida de cada cual). Escribir es una magnífica terapia para los que escribimos, me preguntó qué harán los demás :(

    Un texto estupendo, transmites a la perfección el sentimiento y la situación. Es muy fácil verse reflejada.

    Un besillo de finde!!

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    1. Muchas gracias Julia. Supongo que cada uno tiene su manera de desahogarse. Yo recomiendo la escritura, pero ya cada uno,... Un besillo.

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  6. Se perfectamente a qué te refieres. He tenido días así, una semana así... Lo has descrito genial. Y es verdad, soltarlo sobre papel ayuda mucho. Es una forma de resetearse limpiarse y volver a empezar

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    1. Si, el papel y el bolígrafo es lo mejor que existe para estos casos, aunque ya hay quien prefiere unas teclas de ordenador. Un abrazo Eva, y gracias por pasarte.

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  7. ¡Ay! ¡María! u.U
    Llego algo tarde, pero... ¡Sep! Todos tenemos de esas Días, de esos Días que se transforman en Semanas... ¡Son un asco! ¡Un asco total!
    Pero... ¿Psicólogos? Ñe... ¡Aquí tienes una panda de Locuelos que escuchan tus Palabras Escritas! ¡Escúpelas! ¡Desmaraña es lío de Pensamientos! ¡Suéltalos! ¡Aquí te comprendemos! ¡Pero muy mucho!
    Para el desorden... Para eso no tengo solución... ¡Soy caótica!
    Sin embargo... ¡Te mando un Super-Mega-Ultra-Poderoso Abrazo Feroz!
    ¡Y muchos Besitos con forma de Tortuga! ;)

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    1. ¡Ay! Mi Campanilla, desde luego que esto es una buena terapia. He recibido tu abrazo feroz con mucha fuerza. Muchas gracias por tus animos. Un besillo gigante de oso.

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