Me levanto por la mañana, generalmente, entre las siete y las ocho. Suelo hacerlo con una manita tocándome insistentemente en la espalda. Al principio la ignoro, pero no puedo hacerlo durante mucho rato. Así que me levanto y les preparo la leche. Esto es si la pequeña se levanta antes que la mayor. Sí la mayor se despierta la primera, la forma de despertarme es diferente. A base de gritos:
- ¡Mamáaaaa quiero levantarme! ¡Mamá levántame! ¡Mamá, mamá, mamá!
Así, día tras día. Todos los días que llevamos de verano.
En fin, consigo levantarme. Les hago el desayuno y me siento a desayunar yo. Acto seguido me pongo delante del ordenador. Como la inspiración no llega cuando uno quiere, me pongo a pasearme por los blogs que han publicado y leo un poquito.
- ¡Mamá! Dame unas tijeras.
Me levanto, y se las doy. Me vuelvo a poner.
- ¡Mamá dame folios!
No han pasado ni cinco minutos cuando viene la pequeña a por otras tijeras. Mientras oigo que me pegan gritos desde el salón. La mayor quiere saber como se escribe esta y la otra palabra. A gritos le deletreo, hasta que me canso y le digo que venga al cuarto a que se lo diga en persona.
Cuando por fin, creo que voy a tener algo de relajación, abro el word. Miro la pantalla blanca durante un rato, no hay nada en mi cabeza. Miles de ideas sin sentido que no llegan a ninguna parte. Así que decido seguir leyendo o mirar mi página de ideas sin acabar.
- ¡Mamá quiero merendar!
Sí, ya es media mañana y mis pequeñas me piden más comida. Que si un plátano, un petit, un trozo de queso, una magdalena, o una galleta.
Voy a darle lo que me piden y me vuelvo a sentar, pero la cosa no acaba aquí, mis devoradoras de comida quieren algo más que echarse a la boca. Así que voy a ello.
Ya he podido escribir un par de renglones de lo que se supone voy a publicar hoy en mi blog, pero nuevamente una interrupción. La peque se ha hecho pipí, o se están peleando, o quieren que les ponga un vestido de princesas, o que les ponga una película.
Y así me paso la mañana, ni con ellas, ni escribiendo, con las musas mareadas de tanto ir y venir y con mi cargo de conciencia de madre por no dedicarle un poquito más de tiempo a mis pegotes. Que al final terminan llamándome para jugar a las ardillas, al escondite o a hacer tarea. Y termino dejando lo que escribo en ese momento y publicando algo que ya tenía escrito en esos pequeños ratos entre llamada y llamada.
Ciertamente la labor de "escritora mamá" es dura de narices. Las musas deben de estar hartas de hacer de canguros; no obstante te digo que no se nota en absoluto tu falta de inspiración dadas las joyitas reflexivas y cotidianas que nos dejas.
ResponderEliminarBesos a las peques y otro para la supermamá.
Mis musas tienen una paciencia infinita, me aguantan mis mal humores y los momentos de mamá ineludibles. Tienen el cielo ganado. Se ve que tanto tiempo muda, me hace soltar ideas sin medida. Muchas gracias por tus palabras. Un besillo grande.
Eliminar¡A mí me pasa igual! Así que ya dejo la escritura para la noche, cuando se duermen que suelen ser ya las 23h. También me levanto a las 6h para hacer cosillas en el ordenador....es lo que tiene ser madre en verano. ¡Un beso!
ResponderEliminarAyyy es que mis musas se acuestan muy temprano. Estan como locas por pillar la cama. Esto de la playa les cansa demasiado. Eres mi heroína. No podría levantarme tan temprano. Un besillo.
EliminarLo tuyo no tiene mérito, María. ¡¡Lo tuyo tiene un meritazo!!
ResponderEliminarSi mis circunstancias fueran esas, yo que necesito absoluto silencio, tiempo largo y tendido por delante y distracciones cero para escribir, creo que no publicaría ni una entrada al mes. Apenas puedo imaginar cómo tus musas puedan buscarse la vida para inspirarte con tanto ajetreo!! :D
Tienes toda mi admiración, mamá escritora :))
Un besillo grande, guapa!!
Sí, mis musas están un poco mareadas, pero también he de decir que como yo habrá mil madres que estarán igual o en peores situaciones. Jejeje. Un besillo Hermana de Letras y muchas gracias por tus palabras.
EliminarIntentar que no escapen las musas y vigilar a las niñas con el rabillo del ojo... todo un reto intelectual. Es lo que tienen estos días de agotadoras vacaciones, pero es muy bonito todo lo que escribes. Un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias. La verdad es que es todo un reto. Pero las mujeres podemos hacer dos cosas a la vez, dos o veinte. ¿No dicen eso? Un besillo.
EliminarYo tengo que hacer como Hada, excepto algunos ratos como ahora mismo que estan viendo una peli, la lectura y la escritura suelen ser nocturnas, y a tales horas, a veces estoy tan cansado que me relajo con una película, serie o documental...
ResponderEliminarLo haces de maravilla y es digno de admiración.
¡Abrazo Supermamá Escritora! ;)
Yo os admiro por utilizar esas horas nocturnas. Yo nunca he podido estudiar de noche, y creo que con la escritura me pasa igual. Un besillo Hermano de Letras.
EliminarWow! que linda entrada. Me ha encantado, realmente es muy tierno.
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegra que te haya gustado. Un besillo.
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