Vuelven
a ser invisibles las gotas que caen por mis mejillas. Ya no me ves a pesar de
estar a tu lado. Tus ojos están sumidos en la oscuridad de tu silencio. Y yo me
desintegro en tus alientos, me deshago en tus olvidos. Desaparezco y me hago
pequeña.
11/11/15
10/11/15
Pesadilla en el coche
Dos
años después y vuelve mi pesadilla. No hay momento que me ponga más nerviosa
que este. Me paso semanas enteras de mal humor y todo me molesta. Y es que ese
pequeño instante en el que me dan instrucciones precisas, con la cara seria a
través del cristal, mirándome, observándome, estudiándome, es asfixiante. El sudor me empapa por completo, es peor que
si estuviera en una sauna. Aunque en una sauna por lo menos me relajaría.
Ahora
me he enterado de que el año que viene vendrá otra vez, el tiempo se reduce y
mi agobio aumenta. Y es que pasar la ITV es uno de los peores momentos de
nerviosismo que vivo.
Muchos
dirán que estoy como una cabra, que no es para tanto y cosas peores, pero para
que me entendáis. Todo lo que tiene que ver con el coche me saca de mis
casillas. La primera vez que me examiné suspendí intentando meter el coche en
un aparcamiento donde no cabía, el sitio era la mitad del coche. Y lo peor es que
delante tenía un hueco donde cabían tres coches seguidos.
La
segunda vez que me examiné me encontré con un vehículo delante y lo sortee sin
dejar pasar al de enfrente, y para colmo me salté un paso de peatones con una
viejecita que iba a cruzar la calle en silla de ruedas. “Pare usted donde pueda”.
Así que
cuando fui a pasar la ITV la primera vez me llevé a una amiga para darme ánimos.
Ella se quedó fuera y yo entré al cubículo de la muerte. El hombre empezó a
darme instrucciones con cara de ajo, y mis nervios me tenían descolocada.
- Dele
usted a las cuatro luces.
Y yo
pensando: “¿A las cuatro luces? ¿Qué cuatro luces?” Buscaba como una loca, le
daba al intermitente derecho, al izquierdo, a las de posición, a las de cruce, a las cortas, a las largas.
Las gotas de sudor me bañaban todas las partes de mi cuerpo, las manos me
temblaban como nunca. Y el hombre y su bendita paciencia me repetía las
órdenes.
Algo se
debió iluminar en mi cabeza cuando me fijé en ese botoncito rojo que tenía
enfrente. Puse las luces de emergencia, y al hombre le faltó cantar aleluya.
Próxima
orden, pise el acelerador. Y yo pensando “¿Por qué no acelera?” Venga a pisar, mientras
lo miraba a través de los espejos. Cuando de repente, después de haberlo pisado
durante un rato y de repetirme otra vez que acelerara, me di cuenta de que lo
que estaba pisando era el freno.
El
hombre debió de pensar que había llevado allí el coche flotando, porque lo que
era conduciendo, difícil.
Un par
de órdenes más y unos cuantos ajustes aquí y allí y mi coche pasó con el
aprobado.
Ahora
os digo que después de eso, no he vuelto a entrar a pasarla. Me he buscado un
cómplice al que soborno con un desayuno
o con lo que él quiera. Y así yo me libro de tener que oler mal durante
un rato y de hacer uno de los ridículos más grandes que se pueden hacer.
9/11/15
Franela, cuero y encaje
Paseando
por la calle, un escaparate me llamó la atención. Era una tienda nueva de
lencería femenina, medias y calcetines adornaban el cristal. Pero no era eso lo
que me había llamado la atención, una especie de corpiño negro y ajustado
vestía un maniquí. Nada de encajes, es más, estaba segura de que era cuero.
Una
sonrisa me iluminó la cara, me imaginé con aquello puesto y con un látigo en mi
mano, unos tacones de aguja y mi pelo largo recogido en una cola. A mi marido
le daría un infarto nada más verme. Seguí de largo, tenía que recoger a los
niños de inglés, y no quería llegar tarde.
Aquella
noche, después de dar la cena y de acostar a mis tres bichitos, me senté con mi
pijama de franela en mi esquina del sofá. En el otro lado descansaba ya mi
marido, él menos caluroso que yo, iba en calzoncillos y camiseta de manga
corta. Lo miré mientras el cambiaba de canal buscando la misión imposible de
encontrar algo en la tele que nos llamara la atención.
- ¿Qué
quieres ver?
- Lo
que tú quieras cariño.
Esa fue
nuestra conversación. Nuestra vida matrimonial se había enfriado después de
tres embarazos, tres partos, carreras con los niños de un lado a otro, comidas
familiares, trabajos, salidas con los amigos.
Cuando
llegábamos a la cama, estábamos tan cansados que la libido quedaba rezagada a
un segundo plano. Los momentos de pasión se habían olvidado, dejados a un
segundo plano. Algún momento rápido mientras los niños veían la tele, en el
cuarto de baño, que es la única habitación que tiene pestillo, o alguna noche
que no nos quedáramos dormidos en el sofá.
Mirándonos
a los dos, yo sin depilar, el sin duchar, los dos dejados a la desidia de un matrimonio
de muchos años, decidí que estaba harta, que yo no era una mujer de 80 años
encerrada en un cuerpo de treinta y tantos. Yo todavía tenía mucha guerra que dar,
y no necesitaba ningún señor Grey que me lo recordara. Yo me iba a convertir en
la envidia de toda mujer, incluida la mojigata sosa de Anastasia Steele.
Según
recordaba, a mi marido no se le daba nada mal, y a mí tampoco. Juntos
funcionábamos muy bien, así que ¿por qué no volver a funcionar?
Mañana
mismo me pasaría por un par de tiendas, incluida la de lencería sexy de aquella
tarde.
- ¿Por
qué me miras tanto?
Una
sonrisa se dibujó en mi cara. No iba a dejar para mañana lo que podía empezar
hoy. Me levanté, le quité el mando de la tele y poco a poco, sin prisa, me fui
desabrochando los botones de mi pijama de franela.
8/11/15
7/11/15
Premio Ranita Lectora
Hace unos días recibí este premio de mi compañero Óscar Ryan. La verdad es que últimamente me tiene surtida la estantería con un montón de premios. Sí nunca lo habéis visitado, su Blog es Mi pequeña Biblioteca y la verdad es que nos trae relatos muy diversos. Lo mismo te escribe de ciencia ficción, que te trae un relato erótico. Eso sí, siempre nos trae sorpresas con sus letras.
3/11/15
Breaking Vamp. Capítulo III.
Esta es la tercera parte de una novela que estamos escribiendo varios escritores de Relatos Extraordiarios. A mí me ha tocado este capítulo. Pero sí queréis empezar a leer desde el principio aquí tenéis la novela actualizada con todos los capítulos anteriores.
Jimmy
conducía el Mercedes por carreteras secundarias a más de doscientos kilómetros
por hora. A pesar de estar la policía alertada de no parar su coche, prefería
pasa desapercibido ante las miradas curiosas de los humanos, así que no cogía
las autopistas.
Beethoven
sonaba a todo volumen con su Claro de
Luna envolviendo el coche con sus notas. Jimmy pensaba en el pobre ser que
acababa de matar, sabiendo que hace unos años él podría haberse encontrado en
la misma situación. Suerte que conoció a Donald. Él fue el que lo sacó de aquel
infierno.
Rock is dead de Marilyn Manson lo sacó
de sus pensamientos.
- Jimmy
Red al habla.
- Soy
yo, Jimmy. Cambio de planes. Me ha llamado Thomas. Necesita nuestra ayuda, está
en peligro.
- ¿Qué
le pasa ahora al bueno de Thomas? ¿Demasiados cadáveres acumulados?
Jimmy
no entendía la relación de Donald con Thomas. Se conocían desde hacía mucho
tiempo, sí, pero eso no le daba motivos para seguir ayudando a un vampiro que
seguía alimentándose de los humanos a mansalva, sin importar las consecuencias.
- No
tenemos tiempo para tus ataques. Sabes dónde tienes que ir. Te esperaré allí.
No tardes.
- ¿Y qué
hago con la carga?
-
Quémala, desafortunadamente no nos servirá de nada.
- ¡Y
una mierda! Después de lo que me ha costado encontrarla.
- Jimmy
quémala y vente para aquí sin perder tiempo.
La
llamada se cortó y volvió a sonar Claro
de Luna en la radio. Jimmy gritó con rabia, sabiendo que tenía que hacerle
caso. La carga no llegaría. Y se expondría a muchas preguntas incómodas sí
encontraban la bolsa hermética.
Estaba
harto de Thomas, ya habían tenido que salir en su ayuda más de una vez. Se
exponía demasiado, y los humanos terminaban por descubrirlo. La última fue en
una fiesta. Había enamorado a una guapísima millonaria que lo estaba
subvencionando en sus investigaciones.
La
guapa millonaria, no era millonaria por méritos propios. Estaba casada con uno
de los hombres más ricos del país. La fiesta se organizó en la mansión que
tenían en el campo. Y fueron muchos de los hombres y mujeres más influyentes.
Thomas decidió que era buena idea acostarse con aquella mujer en la habitación
del viejo millonario. Tenía pensado convertirla y hacerla su banco particular.
Pero se torció todo aquella noche.
Uno de
los guardaespaldas del señor Moore pilló a los amantes en mitad del acto. La
sangre bañaba las sábanas blancas y la señora Moore cabalgaba a lomos de su
vampiro. No le dio tiempo a matar al guardaespaldas antes de que este avisara
al resto de los guardias.
Una
docena de muchachos fornidos entraron en la habitación. Thomas no previó que
entre ellos hubiera vampiros. Aun así eran jóvenes y consiguió acabar con
todos. Otros de la guardia intentaban sacar a los invitados sin que vieran nada
de lo que pasaba en el piso de arriba. Pero una viuda curiosa se acercó a ver
que causaba tanto jaleo. Fue partida en dos en medio del pasillo mientras huía,
la sangre cayó por la barandilla junto con los trozos desmembrados de la
señora. Muchos de los invitados vieron aquello.
Thomas
llamó a Donald en medio de aquella masacre, y siguió matando y mordiendo
invitados. Cuando nosotros llegamos el escenario era atroz. No quedaba nadie
con vida. El señor Moore había escapado y la señora Moore yacía en la cama
desangrada con una mueca de felicidad en la cara. Thomas la observaba a los
pies de la cama.
Se
maldijo mientras aceleraba el Mercedes por aquellas carreteras, se paró en un
desierto, sacó la bolsa, la embadurnó de gasolina y le acerco su zippo.
Salió
de allí antes de que las llamas alcanzaran su mayor apogeo. Tanto trabajo para
nada.
Intentó
tranquilizarse y se abrió un brick de aquel sucedáneo que lo alimentaba.
2/11/15
Otros Mundos. El Mundo de Marigem Saldelapuro
Hoy os traigo una Bloguera distinta a los que he traído hasta ahora en mi sección Otros Mundos. Ella es Marigem y su Blog se llama Pequeños trucos para salir de la crisis. Es un Blog muy ameno y divertido que nos enseña muchas cosas. A mí me ha sorprendido con sus ideas para realizar fantásticas cenas, cumpleaños e incluso regalos con poco dinero.
Nuestra amiga quiere mantener el anonimato, así que por eso tenemos las imágenes un poco pixeladas. Pero bueno aquí os dejo con ella, que es quien nos tiene que contar un poquito de su historia.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)