22/3/15

Una madre con pelos de loca


      Tengo un problema con mis hijas, y es que no me hacen ni caso. Si señores, ni caso. Y pensaréis, menuda novedad, casi todos los niños de este país, por no decir todos, no hacen caso a sus padres.


     Pero mi caso tiene bastante delito. Sé perfectamente en que estoy fallando. Conozco mis debilidades. Sé porque una salida a un supermercado, a un restaurante o a cualquier otro sitio que no sea un parque o algo que no sea exclusivamente para ellas, se convierte en una bacanal de gritos, de amenazas y de frustración por mi parte.



      Supongo que ahora tendréis en la cabeza una loca con los pelos revueltos, gritando a diestro y siniestro por los pasillos de cualquier supermercado, con las manos llenas de cosas, y dos niñas de dos y cuatro años riendo y corriendo, mientras cogen todo lo que se les antoja de las estanterías.


     Pues bueno algo de razón podéis llevar. Aunque también os digo que tengo mucha tendencia a exagerar las cosas. Así que si, puedo llevar los pelos de loca, pero eso es simplemente porque no soporto la plancha, el secador y todos esos artilugios que sirven para poner el pelo liso, brillante y perfecto. Así que mi cabello liso se limita al único día que puedo lavármelo, mientras mis hijas están a mi alrededor preguntándome para que sirve esto y lo otro, y cuando las voy a maquillar,...


     Porque si, mientras una madre está en el cuarto de baño, sus hijas la acompañan, no vaya a ser que pueda tener algo de intimidad y de relax.


    En fin, eso explica mis pelos de loca, pero estoy divagando y no hablo de lo que en realidad quiero hablar, que es de que mis hijas no me hacen caso. Me ignoran, haciendo que tenga que repetir las cosas una y mil veces. Y me fascino cuando veo en la televisión a la Supernanny diciéndole a esos padres desesperados que no pueden repetir las cosas más de una vez. 


      Pues a mí que me lo expliquen, necesito una supernanny constantemente en mi casa, diciéndome, eso ya lo has repetido 10 veces, creo que ya has cumplido el cupo. Porque si, la teoría está estupenda, es maravillosa. Yo, como madre sin madre, tengo que buscar los consejos de madres en otro sitio, los busco en la supernanny, en otros padres y madres que ya han pasado por esto, o que lo están pasando y han probado otras cosas. En escuela de padres y en psicólogas (mi hermana es psicóloga, pero por ser mi hermana no me puede ayudar, maldita sea la confianza de hermanas, si viviera en Irlanda, podría tratarme a distancia).


     En fin que me busco la vida para poder entender, para encontrar trucos, y cositas que me puedan ayudar en esta difícil tarea de ser una madre ignorada por sus hijas.


     Y a través de todo eso, me he dado cuenta que uno de mis mayores fallos como madre es el no saber mantenerme firme. Me doy cuenta de que les digo a mis hijas muchas veces que no, y al final termino claudicando y me cambio al sí.


       Pero es que tengo una manía, muy difícil de quitar, y mira que lo intento. Siempre voy con el no por delante, con mis hijas, y con todo el mundo. Es lo primero que me sale por mi boca, aunque acto seguido piense que sí. Pero parece que sale sin querer. Como aquella película de Jim Carrey, en el que no puede mentir. Pues igual yo, pero con el no.


     El problema de esto es que muchas veces cuando digo que no, me doy cuenta de que tampoco es para tanto, y no me importa que hagan lo que me han pedido, así que les digo que sí.  O simplemente se ponen tan pesadas que termino cediendo por no escucharlas. ¿Consecuencia de esto? Que me tomen por el pito del sereno.


      Así que como veis, soy consciente de mi problema. Soy consciente de mi error, pero eso no lo hace más fácil. Educar a mis hijas es, como siempre he dicho, el trabajo más difícil que he realizado. Así que si, si alguna o alguno tiene una técnica milagrosa, o simplemente algo que le haya resultado, que me lo haga saber. Estaré encantada de escucharlo.


Fdo:

Una madre con pelos de loca.



4 comentarios:

  1. Jejejeje, pues tendrás que ser de otra peli de Jim Carrey que se titula Di que sí.
    Te entiendo, supernanny se impone con los niños de otros y en la tele solo ponen las imágenes que quieren que veamos pero quisiera verla yo en su casa, yo he terminado claudicando muchas veces porque si escuchaba un segundo más a cualquiera de los dos pedir algo por enésima vez me daba un mal, y es normal.
    Ya verás como dentro de unos años la situación es más llevadera, aunque lo del súper...mi hermana a sus 39 si va al súper con mi madre por algún motivo la acaba liando para que le compre cosas que ella no se compra,jejeje.
    Un besín y disfruta que a pesar de ciertos momentos es una etapa preciosa, en la adolescencia sí que nos podemos volver locas de remate,jajaja.

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    1. No quiero ni pensar en cuando lleguen a la adolescencia. Por ahora estoy disfrutando bastante con mis dos bichillos, aunque si es verdad que hay días que me vuelven la cabeza loca. Gracias Marigem.

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  2. ¡María! ;)
    Ya sé que no es lo mismo evidentemente, pero yo con mis Piojos en el Cole uso las famosas Caritas Sonrientes (Vamos... Pegatinas de mil colores, formas y caritas distintas) y los dichosos Puntos Rojos... Al final de cada clase, les pongo una, en función de cómo se ha portado y esas cositas... Si, en mitad de la clase, comenten cualquier "fallo", se portan requetemal o se pelean... Pues... ¡Punto rojo! Sino... Todo lo contrario: ¡Carita sonriente! ;)
    Durante el primer trimestre, si a lo largo de toda la semana, tenían todas las Caritas... ¡Premio! (Cositas que le hago: Pendientes, colgantes... Más gomas, bolis, lápices...) En el segundo trimestre, cada dos semanas... Y ahora, en el tercero, será cada tres... Con tan solo un punto rojo, se quedan sin premio. Y, con más de uno, además, tienen una sanción, que no es más que trabajo extra como hacer cuentos, buscar algo interesante y explicarlo a sus compis...
    Ya sé que tus Peques son muy Peques, pero los Premios pueden ser cositas que les gusten a ellas...
    Esa es mi experiencia de "mami-maestra" ;P
    ¡Besitos! ;)

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    1. Me parece una super buena idea, yo estuve probando unas cuantas semanas con eso con la mayor. Creo que volveré a intentarlo ahora cuando empiecen el cole, pero con las dos. La mayor se fue al cine gracias a mi cartulina de pegatinas, porque lo hizo muy bien. Pero la segunda semana ya fallamos un poquito. En fin, volveremos a la batalla a ver que tal. Muchas gracias guapa. Se agradece todo tipo de experiencia. Un besillo.

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