28/8/15

Un mar enamorado



                Érase una vez una chica de apenas veinte años que paseaba por la orilla de la playa.

                Érase una vez un chico de un poco más de veinte años que salía a pescar con su padre en la barca todos los días.

                El chico veía a la chica a lo lejos y todos los días intentaba reunir las fuerzas necesarias para bajarse de la barca e ir a hablar con ella.

                La chica todos los días hablaba con el mar, paseaba sus pies descalzos por la arena mientras sentía el agua fría como parte de ella. Al mar le contaba todos sus secretos. Y el mar escuchaba paciente lo que su amada le decía.

                Damián, que era así como se llamaba el chico, un día en el que su padre no se encontraba muy bien, y no salieron a pescar, reunió todas sus fuerzas y fue a hablar con Eva, la chica de sus sueños. Esa chica de cabellos dorados y ojos transparentes que se fundían con el color del mar.

                Cuando Damián habló con Eva por primera vez, descubrió que ella también lo miraba de reojo cada día que iba a la playa. Y allí, a la orilla del mar, sus besos se encontraron. El mar rugió furioso y una ola los bañó. Ellos rieron, sintiéndose felices por su amor.

                En los próximos días, Eva se acercaba a la playa para esperar a su amor, hasta que terminara de pescar. Ya no hablaba con el mar. Aquellos momentos eran de espera, de pensamientos en Damián.

                Damián salía a pescar con su padre, hasta que un día hubo una tormenta inesperada que volcó la barca. Su padre murió entre mar y agua y él salió como pudo de entre las rocas, pero sus piernas ya no le respondían.

                La tragedia se tornó sobre la familia, que dependían de la pesca diaria para vivir. Eva lloraba por la desdicha de su amor, pero no se separó de él en ningún momento. El amor era cada día más fuerte. Se amaban a pesar de los duros momentos.

               Uno de esos días en los que Damián estaba más serio de lo normal, Eva, enfadada e impotente por no poder ayudar a su amor, se fue a su orilla y allí entró al mar. Le gritó mientras su vestido blanco se empapaba de agua salada. Las olas empezaron a crecer acompañando la furia de Eva. La movían de un lado a otro mientras las lágrimas de Eva se mezclaban con la sal del mar.

                En ese baile con el agua Eva notó como su cuerpo cambiaba, sus piernas desaparecieron, dando paso a una cola, una cola de pez multicolor, las escamas le cubrían el cuerpo, y se dio cuenta de que podía respirar debajo del agua. El mar la había convertido en sirena.

                Eva no pudo volver a salir del mar. Nunca más pudo ver a Damián, si no era a lo lejos, cuando él se acercaba a la orilla en su silla de ruedas, para poder verla. Cada vez que Damián intentaba subir a un barco para acercarse a su amor, el mar se embravecía, haciendo imposible cualquier navegación.

                Una vez incluso intentó tirarse al mar para poder estar con Eva, pero este lo escupió como si de una piedrecilla molesta se tratara.

                Érase una vez el mar enamorado de una muchacha a la que convirtió en sirena para poder tenerla solo para él.

                Érase una vez una sirena que nadaba al son de las olas del mar.

                Érase una vez un mar enamorado.
               
               

10 comentarios:

  1. Un triste cuento, profundo como el mar enamorado. Amor, muerte y separación. Con reminiscencias clásicas pero sin final feliz. Un cuento dulce y salado, como las lágrimas de los protagonistas mezcladas con el mar enamorado.
    Abrazo, Hermana de Letras. ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Hermano de Letras. Bonitas palabras que podrían ser la continuación del cuento. UN besillo.

      Eliminar
  2. ¡Jopetas! u.u
    Me ha gustado muchísisímooooooo, pero, ¡lechugas!, que triste ;(
    No sé, se me ha quedado dentro del pecho un "no se qué", que no soy capaz ni encontrarle Palabra...
    ¡Puñetero Mar! ¡Qué egoísta fue! ¡Y qué celoso!
    Y... ¿Sabes qué me llama más la atención? Ese nexo común que tienen Damián y Eva Más Allá de su Amor... Sus Piernas. El Mar les destrozó las Piernas, para que nunca más pudieran pasear por su orilla... Se las quitó u.u
    ¡Aiiix! Se me pierden los Suspiros por todos Lados...
    ¡Besazos, Guapita!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se las quitó a los dos, lo único que a ella le dio cola en vez de piernas. Me alegro haberte hecho suspirar. Un besillo muy grande.

      Eliminar
  3. Me encanta. Cuando lo iba leyendo me iba imaginando todos los cuadros. Un cuento muy triste que refleja a la perfección el amor y todo lo que conlleva debido a los diferentes sucesos que nos depara la vida.
    Un abrazo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, la verdad es que el amor está presente en todo el relato. Algún amor más egoísta que otro. Un abrazo.

      Eliminar
  4. Es precioso María, triste y nostálgico pero duradero.
    El primer amor dulce e ingenuo no pudo ganar contra el amor fuerte y desconsiderado del mar.

    Besos ^^

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El mar se llevó las de ganar, aunque los celos hicieron de las suyas. Un abrazo.

      Eliminar
  5. Hermoso cuento María! Amores contra amores, celos y egoísmo contra el romance. Tiene tantos condimentos que hacen fantástica la historia, me gusto mucho. Abrazo grande!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias. Está un poco inspirada en una canción de Mecano. No es original, pero he querido hacer mi versión de la historia. UN besillo.

      Eliminar

Deja tu huella. Me encantaría leerla.

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.