27/9/15

Aventura animal



                Mi hija mayor de cinco años nos ha pedido una mascota. Sí, y diréis que como todos los niños. Sí como todos los niños ha llegado a esa fase en la que quiere una mascota. Sé que me repito, pero necesito afianzar la idea en mi cerebro.

                Ha empezado el cole, y se ve que los escarabajos han descubierto que alrededor de él se está muy a gusto. Porque el suelo está plagado de ellos. Pero ellos no esperaban a los niños. En los pocos días que llevamos, mi hija mayor ya ha traído dos escarabajos a casa.

                A mí no me importa mucho, porque sí os soy sincera, me pasaba la vida en el patio de mis abuelos cazando bichos y salamanquesas. Pero su padre es más reticente a que los traiga. Más que nada, por preservar la vida del pobre insecto. Ya que vienen medio muertos y desorientados.

                La cosa comenzó con la caza de los bichitos en el colegio. El año pasado ya se divertían buscándolos. Ahora, hace unos días, mi hija me pidió una caja para poder llevarse los queridos escarabajos a casa como mascotas. Porque uno de sus amigos había llevado una. Así que le di un taper pequeñito para que los metiera.

                Ese mismo día me trajo el escarabajo, que conseguí que soltara antes de que llegara a casa. Tenía que vivir y buscarse su propia comida. Al día siguiente se trajo otro. Este no hubo manera de que lo soltara, así que se lo llevó a casa. La intentamos convencer para que lo dejara en la terraza, explicándole que tiene que vivir libre, y que no es un animal para estar encerrado.

                Lo soltó, pero con el ruego de que quiere una mascota. Una mascota.

                Y aquí os cuento mi vida con las mascotas. Yo he tenido varias mascotas, peces, tortugas, pollos, un conejo, una gata y los perros que tenían mis abuelos, que como pasábamos tanto tiempo en su casa, eran como nuestros.

                Teníamos una gata que sacamos de la calle y que era muy arisca. No se iba con nadie, y la única a la que dejaba acercarse era a mí. Pero tuvimos que darla después de 13 años con nosotros porque cuando nació mi hija mayor se le bufaba, y nos daba miedo dejarla sola con ella. Lo pasamos muy mal, pero por lo menos le buscamos un lugar genial para gatos.

                En fin, mi hermana tiene un perruchillo desde cachorro. Un yogüi, como decimos cuando vemos otro labrador por la calle. Es precioso, cariñoso y juguetón. A pesar de ser ya un viejito, aún se cree cachorro. Mis hijas lo adoran. Él no tanto a ellas, porque es un poco celosón. Pero les deja que lo acaricien y que se tumben encima si ellas quieren. Es muy bueno.

                A lo que iba, que me enrollo como una persiana. Yo he estado con animales toda mi vida. Los perros me han acompañado a lo largo de ella. Pero de un tiempo a esta parte, cada vez que he estado con alguno, los ojos se me ponen como tomates y me pica todo el cuerpo. ¿Una alergia de mayor no detectada? Ni idea. Pero me pongo fatal, y tengo que estar una semana con suero en los ojos. Y es que no puedo evitar estar con perros y gatos y no tocarlos. Es algo superior a mí.

                Así que le dije a mi hija que no podíamos tener una mascota con pelo, porque soy alérgica. Sé que no está diagnosticada. Pero no me quiero arriesgar. Y es que sé lo que es una mascota para un niño. Y lo sé porque yo las he tenido. Imaginaros que cogemos un perrillo o un gatillo, y al final soy alérgica. Otro pobre animal al que hay que buscarle otro hogar.

                Ayer habló su padre con ella y quedaron en ir a buscar un pez. Con lo que ahora tendremos que ir a comprar una pecera para que mis niñas tengan su mascota. Ya os contaré mi nueva aventura animal.

Ya tenemos peces.

6 comentarios:

  1. Difícil asunto de resolver, María, porque me temo que tus niñas seguirán queriendo una mascota algo más animada que un pez y que se pueda llevar de paseo. No me gustaría estar en tu situación, va a ser una negociación dura!! :D

    Yo solo he tenido gusanitos de seda y una tortuga, pero me daba un repelo tremendo que me rozaran. Creo que lo mío no son los animales, aunque tampoco es una fobia diagnosticada. Ya ves que ni soporto los guantes forrados de pelillo por el malestar que me producen... :(

    Un besillo grande de domingo!!

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    1. Ya tenemos los peces. Se pasan ahora los ratos mirando la pecera, en vez de la tele. A ver lo que les dura, jejeje.
      Un besillo.

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  2. Yo no he tenido mascota, solo un pastor alemán en el pueblo, que murió de una epidemia con la misma edad que yo, 7 años. Uy lo que lloré. Pero no soy muy compatible con los animales.

    Peces sí que he tenido, y creo que es una buena forma de que se encariñe con su mascota , y la cuide en el hábitat que necesita. Es una buena elección.

    Un besote.

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    1. Da mucha pena cuando se mueren. Pero la verdad es que es ley de vida.
      Los peces ya los tenemos en casa. Y les encantan.
      Un besillo.

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  3. Ayyyyy, María.
    10 años han tardado en convencerme de adoptar a Sam!! Es una decisión complicada sobre todo cuando somos de esos papás y mamás que queremos que nuestros hijos se responsabilicen de sus mascotas y no sea un capricho del que "pasar" cumplido el deseo de adquirirlo.
    Enhorabuena por la elección y felicidades a esos pececillos y a tus hijas, seguro que ellos van a recibir todas las atenciones y el cariño que necesitan y ellas van a disfrutar muchísimo cuidándolos.
    Besos a toda la familia ahora ampliada.

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    1. Ayyy veremos a ver donde llega esta nueva aventura. Es que los peques deben responsabilizarse de sus mascotas. Saber que son seres vivos y que dependen de nosotros.
      Muchas gracias.
      Muchos besos.

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