Se acercó a la
oficina del detective con paso decidido. La policía no iba a ayudarle. Decían
que su marido la había dejado abandonada, no iban a buscar más. El cristal de
la puerta rezaba Detective Morrison. Tocó con su guante negro impoluto, con
total seguridad. Había elegido su traje negro, con sus faldas de tubo por debajo
de las rodillas. Su cabello rubio recogido.
Un “adelante” la
invitó a entrar. Al abrir la puerta una bocanada de humo le impactó en la cara.
Aquella oficina estaba atestada con un fuerte olor a tabaco. Cuando su vista se
acostumbró al nuevo ambiente pudo vislumbrar frente a ella un hombre bien
parecido con los ojos fijos en ella. No se levantó. Una señorita rechoncha y
bajita se le acercó con una taza de café. Ella la aceptó de buen grado. Se
sentó en la silla que la chica le señaló y esperó a que el detective hablara.
El detective le
había dicho por teléfono que podría ayudarla, pero que necesitaba que lo
visitara para darle todos los detalles. Ella le contó lo que había sucedido ese
día. Él había salido a trabajar como todos los días, si, como todos los días le
había dado un beso de despedida. Sí, como todos los días le había dicho que le
quería. No, no lo notó más ausente de lo normal. No, no se había comportado de
forma extraña en los últimos días. No, a las seis cuando salía del trabajo, se
iba directamente a casa. Y así sucesivamente fue contestando a las mismas
preguntas que le había hecho la policía. Ya harta se levantó.
- Usted no podrá
ayudarme.
- Siéntese. – Le
dijo el detective de forma autoritaria. Se paró en seco. – Por favor, siéntese.
Ella volvió a la
silla.
- No le prometo
nada, estos casos son difíciles, pero tengo que descartar cualquier evidencia,
cualquier sospechoso que quiera hacerle algo a su marido, cualquier amante
despechada.
- Mi marido no tenía amantes. – Lo interrumpió,
enfadada por aquella insinuación.
- No es mi intención faltarle al respeto
señora, solo hago mi trabajo. Y le prometo que lo hago muy bien. Mi secretaria
ha anotado todo lo que usted me ha dicho, no se preocupe, no descartaremos nada
ni daremos nada por hecho.
Mujer y
detective se despidieron. Ella se fue a casa abatida, pensando que el detective
haría lo mismo que la policía.
Corría el año
1952. Ya había perdido toda esperanza, a pesar de que el detective Morrison
había hecho lo indecible por encontrarlo. Sabía que se había implicado en el
caso personalmente pero no había conseguido ninguna pista. Su marido se había
esfumado. Aquel día se cumplía 10 años desde su desaparición. Como todas las
mañanas revisó su buzón. Una extraña carta descolorida estaba entre el correo. No
tenía remite. La abrió con cuidado, pensando que se rompería.
Querida Judy:
Esto te parecerá
extraño. Siento haberte dejado sola, cuando acepté el viaje en el tiempo no
sabía que no podría volver a tu lado. Te busqué en este futuro, atolondrado,
aturdido. Y vi a esa preciosa niña que no sabía que tenía. No pude acercarme a
ti. El que me ofreció este viaje me dijo que tenías que ser tú quien me
buscara. Era mi precio por mi regalo. Así que ahora que estoy aquí, búscame, sé
que aún me esperas. Estos diez años mirándote a lo lejos han sido una tortura,
ver crecer a mi niña sin estar a su lado un martirio. Más que un regalo, esto
ha sido un castigo. Te quiero. Búscame.
Buen relato de corte clásico con inesperado final, una larga búsqueda y una reveladora carta, un duro castigo para ese hombre preso de su viaje en el tiempo, espero que se reencontraran y por fin pudiera recuperar a esa hija que jamás vio crecer.
ResponderEliminar¡Un abrazo Compi! ;)
Esperemos que se encuentren, quien sabe, con esto del futuro y pasado,... Un abrazo compi.
EliminarMe encanta!!!!!!!! Me ha gustado mucho, el final es inesperado, está muy bien contado, no pierde el ritmo, para mi gusto está muy bien. Suerte y un besín.
ResponderEliminarMuchas gracias Marigem. Me encantan los finales inesperados. Un besillo.
Eliminar¡Aiiix! ¡Juas! Yo me quedaría patidifusa si diez años después me encuentro una carta con esa explicación... ¡Por Dior!
ResponderEliminar¡Pobre hombre! Pensar que no se podía a acercar a su Amor para no alterar la Historia... ¡Bendita paciencia tuvo!
¡Muy bueno, María!
¡Besines! ;)
En fin, si se encuentran ahora no ha tenido que esperar mucho. Esto del tiempo es un poco lioso. Jijiji. Un besillo guapa.
EliminarAinssss pena de diez años perdidos como pago por una avetura incierta...
ResponderEliminarBuen relato, María.
Un beso!!
Creo que los diez años los perdió ella, él... no recordará esos diez años si se encuentran en ese momento. ¿O si? Esto del tiempo es un lio. Besillos.
EliminarMe gustó mucho la "solución" del viaje en el tiempo, !!todo lo que puede caber en una desaparición!! Me quedé con ganas de saber más.
ResponderEliminarSALUDOS!!
Muchas gracias Diana, parece que mis relatos causan ese efecto en la gente, querer saber más, pero creo que me resultaría dificilísimo escribir una segunda parte de este. Me lo pensaré. Un besillo.
EliminarQué aventurero! y más sabiendo de antemano que ella le debía buscar... Hombres!!! No hay quien los entienda. Me ha gustado mucho María Un besito Guapa!
ResponderEliminarNo se yo si sabía de antemano a lo que se exponía, si lo hubiera sabido, no sé si lo habría hecho... Un besillo guapa.
EliminarCon lo bueno que es vivir el presente, hay algunos que lo comprometen por quimeras .
ResponderEliminarbuen relato, me gustó .
un abrazo
Hay gente que no sabe vivir el presente, y se esfuerza en vivir en un futuro que aún no existe. Un besillo Clara. Gracias por pasarte.
EliminarQue historia más bonita y extraña. Me ha gustado, Maria.
ResponderEliminarSaludos
Muchas gracias Paola. Me alegra que te haya gustado. Si, debo reconocer que extraña si que es la historia. Un besillo.
EliminarUn final absolutamente inesperado, María.
ResponderEliminarMe gustó mucho el párrafo de las respuestas a las preguntas al detective, muy bien llevado el ritmo.
Abrazo!
Muchas gracias Federico, temí que ese párrafo no pudiera ser entendido bien, me alegro de que te haya gustado. Una buena señal. Un abrazo.
EliminarIncreíble experiencia, María. Muy bueno. Sonreí automáticamente la leer: viaje en el tiempo, una sorpresa totalmente inesperada.
ResponderEliminarUna historia de detectives de los años cuarenta/cincuenta que acaba convirtiéndose en una historia de ciencia ficción.
Mantienes la tensión y el suspense durante todo el relato con esas frases cortas y directas, lo que hace que el relato tenga buen ritmo y sea ameno. Puede sentirse la desesperación y el deseo en la carta del hombre.
Un relato magnífico que me gustaría ver en el cine.
Un abrazo.
Ummmm cine. Si que me gustaría a mi también. Toda esa época me encanta y me llama mucho la atención. Las películas de detectives de esa época me gustan mucho. Un abrazo Ricardo.
EliminarUn relato fantastico María. Muy creativo y muy bien ambientado.
ResponderEliminarExcelente.
Mis mas sinceras felicitaciones.
Un beso
Muchas gracias por tus palabras Ricardo. No es un género que yo use normalmente. Así que me ha costado un poquito. Un besillo.
EliminarHola María.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato.
¡¡Qué difícil!!
Ella ya le ha buscado, ¿Ahora cómo hará para encontrarlo?
Escrito deforma impecable.
Un gran abrazo.
Veremos ahora, porque esto de los viajes en el tiempo es un poco complicado, por lo menos para mi. Un besillo Lucía.
Eliminar